Capítulo 76

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Severus se sentó en su silla junto al fuego, leyendo mientras esperaba la llegada de Haddy. Le había dado al chico su contraseña, así que sólo tenía que ponerse cómodo y esperar. Tenía planes para esta noche, queriendo aprovechar al máximo su valioso tiempo juntos y volver a ejercer un poco de dominio en su relación después de las últimas piruetas de Haddy no sería bueno dejar que su joven amante tuviera la sartén por el mango durante demasiado tiempo.

Severus no tuvo que esperar demasiado antes de que se abriera y cerrara la entrada a sus aposentos. Terminó su página antes de levantar la vista para ver a Haddy arrodillado frente a él, con la cabeza gacha y las manos unidas a la espalda en una pose sumisa, desnudo como el día en que nació, salvo por el collar que le había regalado Severus en San Valentín. Severus necesitó toda su determinación para no abalanzarse sobre él en ese momento, pero consiguió contenerse.

Marcó su página y puso cuidadosamente el libro en su mesa auxiliar antes de dirigirse a su compañero.

-Bien hecho, mascota, me complace cuando sigues las instrucciones tan bien-.

Desplegó su túnica para revelar que ya se había desabrochado los pantalones, su polla ya estaba dura gracias a todos sus pensamientos sobre lo que iban a hacer esta noche.

Los ojos de Haddy parpadearon brevemente y tragó antes de volver a mirar a los pies de Severus.

-¿Te gusta lo que ves, mascota?-, dijo Severus, acariciándose suavemente, -siempre supe que eras una puta para mi polla. Por qué no te acercas y me muestras cuánto te gusta-.

Haddy no necesitó que se lo dijeran dos veces e instantáneamente se lanzó hacia adelante, restregando su cara en la entrepierna de Severus, inhalando profundamente mientras lo acariciaba antes de comenzar a dar suaves besos a lo largo de su longitud.

Severus suspiró y se hundió en su silla, abriendo más las piernas para permitir a Haddy un mejor acceso para adorar su polla y sus pelotas. Haddy gimió mientras depositaba un rastro de besos chupadores a lo largo de la vena, terminando en la punta, donde permitió que su lengua jugara con la hendidura, saboreando el presemen que había comenzado a acumularse allí. Haddy se llevó la cabeza a la boca y chupó, haciendo girar la lengua antes de bajar hasta la mitad de su longitud. Severus estaba a punto de reprender a su mascota por ir demasiado lejos, queriendo que Haddy alargara sus ministraciones para que pudieran disfrutar de verdad del acto, cuando Haddy se apartó para morderle los testículos.

Severus gimió y acarició el pelo de Haddy.

-Bien hecho, mascota. Sabías justo lo que quería-.

-Por supuesto, señor, vivo para complacerle-.

-Sé que lo haces mascota, y sé que también amas mi polla-.

-Sí, señor, me gusta mucho. Siempre la quiero dentro de mí-.

-Es bueno saberlo. Sólo recuerda tomarte tu tiempo, tenemos el resto de la noche después de todo y tengo planes-.

Haddy gimió. -No puedo esperar señor, cualquier cosa que quiera hacer, sólo quiero complacerlo-.

-Recordaré que has dicho eso mascota. Dejémoslo por ahora, por mucho que los dos estemos disfrutando de esto necesitas un poco más de entrenamiento; no creas que no me he dado cuenta de que estás mirando mi polla sin permiso-.

Haddy se sentó sobre sus talones, con la cabeza baja mientras miraba al suelo de nuevo. -Lo siento señor-.

-Puede ser, pero eso demuestra que te queda camino por recorrer antes de convertirte en la mascota perfecta. ¿Quieres que te entrene para que seas una mascota perfecta para mí?-.

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