CAPÍTULO ESPECIAL: Megan Clark

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Las vegas, enero de 2015

Ella llega en silencio a la habitación compartida que Demian nos dio al comprar la pequeña casa con el poco dinero que teníamos luego de que Alesso Davies nos quitara todo al volver de Italia. Una táctica basta predecible para nosotros, de alguna forma esperábamos que Alesso atacara desde el día uno, así que con lo poco que ganamos en las misiones de Nekros logramos comprarnos una casa bastante pequeña para lo que el niño rico de Demian estaba acostumbrado.

Demian Davies, primogénito de la mafia italiana y estadounidense. Hijo de Alesso Davies y Reese Davies, magnates y dueños de casi todo el país. Creció rodeado de dinero, tanto que se limpiaba el culo con un cheque luego de cagar. El hombre emanaba elegancia y riqueza por donde lo miraras, hasta en momentos así tenía un semblante orgulloso y algo, bastante, arrogante que nadie le quitaba.

Un niño rico nacido en cuna de oro.

Aun así, Demian Davies parecía feliz de tener este lugar para nosotros, sin importar lo pequeño que fuese a comparación de las mansiones en las que vivió antes. Eso fue algo que me sorprendió bastante, digamos que pensé o juzgué a Demian desde el inicio. Mala mía, lo acepto, pero no me culpo por hacerlo. Al final, yo no conocía a ese hombre, mi hermano lo hacia, pero yo no.

Según Aitor ese hombre era de confianza y no lo puse en duda. Quizás no lograba confiar en Demian al inicio y un poco ahora, pero era más que suficiente si mi hermano lo hacía. Además, sabiendo que Demian salvó a Aitor de ser asesinado por culpa de Alesso, al usarlo como carne de cañón, solo genera en mí el deseo de seguirlo para agradecerle por su acto, pero agradecer no es lo mismo que confiar.

Aitor confiaba mucho en las personas, aun con la vida de mierda que hemos tenido, él crea lazos tan fuertes con cualquiera que muestre un mínimo acto de bondad y humanidad hacia nosotros y nuestra situación. El actúa en base a sus emociones la mayoría del tiempo. A veces pienso que eso lo hace débil, pero al mismo tiempo fuerte. Poder confiar en las personas después de conocer y sufrir en carne propia la verdadera maldad humana es de admirar.

Realmente admiro a mi hermano por eso mucho más, siempre lo haré. Es lo único que tengo, la única persona que me queda, la única familia que poseo con vida luego de que nuestra casa fuera asaltada por los hombres de un tal collins y nuestros padres murieran al sacarnos de allí, sacrificando sus vidas por las nuestras, siendo padres hasta el final.

La verdad es que mi infancia fue buena, cariñosa, pero muy pobre. Aun así, tenía a mi familia sin importar las carencias que viviéramos. Una hermosa y cariñosa madre, un amoroso padre y un incondicional hermano. La falta de cosas básicas llevó a nuestros padres a tratar con la mafia dominante y pagaron muy caro por ello.

Ahora solo tenía a mi hermano y con él tuvimos que salir adelante solos.

Esos hombres nos buscaron por meses luego de matar a nuestros padres. Escuchamos que se les había ordenado acabar con todos en la casa y nosotros éramos la bala perdida que lanzaron. Aitor y yo tuvimos que escondernos en las calles por años. No podíamos ir a albergues porque ellos estaban esperando que estuviéramos allí para matarnos. El daño colateral de la trata de nuestros padres con ese hombre, pero ni Aitor ni yo permitiríamos que eso sucediera.

Lucharíamos por vivir.

Dormimos en lugares que olían tan mal, en lugares donde no podías cerrar un ojo por culpa el miedo de ser atacada, en lugares donde era tan horrible estar que lo único que podías hacer era llorar como una bebé o al menos esa era yo. Aitor jamás lloró o si lo hizo nunca lo vi, él se preocupaba y encargaba de sostenerme para calmarme y cuidarme en las crisis que tenía desde pequeña.

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