CAPÍTULO 50

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El INICIO DEL FIN

DEMIAN

La mirada de Heaven cae en la mía. Sus pupilas aun dilatadas me dejan ver a través de aquellos atrapantes ojos. De la misma forma en la que siento ella siente. La incertidumbre del siguiente paso.

La respuesta, el movimiento.

La guerra de mafias es algo incierto. No es mentira cuando dicen que el más fuerte vence, pero es más real el dicho de: él más inteligente gana. No solo se necesita la fuerza para ganar, sino la inteligencia.

Es como una partida de ajedrez, moviendo piezas, para llegar al contrario.

Los movimientos que Eloy haga en este punto son fundamentales para mover los nuestros. La incertidumbre de aquellos movimientos jode la mente. No solo hay que tener fuerza e inteligencia para ganar, también se debe tener la valentía de dar el paso. La valentía de soportar estar en la cuerda floja.

Fuerza, inteligencia y valentía: claves de la victoria.

Desde que tengo memoria he vivido en una guerra, pero jamás he salido perdedor de ellas.

—Heaven —la llamo—, responde.

Ella asiente, toma una respiración, contesta la llamada y la pone en alta voz.

—¿Aló? —su voz no tiembla a la hora de contestar. Plana, recta y dura.

—Rae Young —su respuesta se escucha. La voz de Eloy se hace presente en la fría sala.

Heaven vuelve conectar sus ojos con los míos. La incertidumbre y el titubeo en sus ojos desapareció completamente. Ahora solo muestra determinación, fuerza y valentía.

Ella asiente al mismo tiempo en el que yo lo hago y vuelve su vista al teléfono.

—Con ella habla. ¿Con quién hablo yo? —Heaven responde.

—Lamento mucho haber tardado en llamarla, Rae —entona Eloy—. Ya debe saber quién soy, ¿no es así? Puedo distinguir su voz en cualquier lado aun habiéndola escuchado una vez. ¿Puede usted también hacerlo?

Eloy tiene algo que atrapa a la gente. Es un maldito maestro en el arte de la manipulación. Sabe que busca la gente en él y lo usa a su favor. Sabe que respuesta esperan de él y se las da. Les da en el gusto, los llena de ilusiones.

Seducir a una mujer es una de sus maestrías.

—¿Cómo no podría reconocerla, señor? No hay otra voz que haga erizar mi piel —Heaven contesta.

Claro que Heaven no se queda atrás. Como una puta maestra, Heaven sabe que buscan los hombres, que esperan de ella. Sabe usar su cuerpo, su sensualidad, su inteligencia a su favor. Heaven se mete en el papel como una maldita actriz profesional.

Eloy ríe a través del teléfono, usando una risa profunda.

—¿No te pedí que me llamaras Nicholas, Rae? Me gusta escuchar mi nombre saliendo de tus labios.

Heaven cierra los ojos y da un profundo suspiro antes de responder.

—Nicholas —ella responde en medio de un suspiro seductor—. ¿Así está bien?

—Completamente —Eloy responde satisfecho.

—Esperé su llamado por días. ¿Por qué tardó tanto? —Heaven pregunta.

—Mi agenda estaba muy ocupada. Mis más sinceras disculpas por hacerla esperar.

—No me pida disculpas, por favor. Estoy feliz de que haya llamado a pesar de ser un hombre muy ocupado —el desagrado en el rostro de Heaven es notorio.

EFÍMERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora