CAPÍTULO 7

14.7K 1.3K 1.9K
                                    


EL TRATO

HEAVEN

No puedo dejar de mirar sus labios con deseo. ¿Cómo llegamos a esta situación? Hace unos minutos amenazó a mi hermana de muerte y ahora me tiene a su merced, acorralada en deseos que no debería tener. Las ganas de besarlo y sentirlo contra mi cuerpo, más cerca de lo que estamos, me abruman.

Su cuerpo pegado al mío... mi piel quema en estos momentos. Sus pupilas se dilatan cada vez más mientras mira mis labios, las mías deben estar igual.

Mi cordura grita que esto no está bien, no puedo desear de esta manera a una persona que conocí hace una hora, que me tiene encerrada en su departamento y amenazó a la persona más importante en mi vida.

Pero mi cuerpo aclama que haga algo, que termine esta jodida distancia y lo bese con fuerza. Que deje mi orgullo de lado y reaccione.

¿Hacerlo estaría bien? ¿Besar al Amo de la mafia estaría bien?

Siempre he detestado a la mafia, desde que me quitaron a mis padres. Les tengo un horrible repudio a ella y todos los que forman parte de esta. Pero ¿ahora? Ahora el repudio que sentí por años se fue al carajo, y en lo único que puedo pensar es en el caliente hombre que tengo al frente.

—Tus labios son pecado puro—habló él, rompiendo el silencio.

Entreabrí mis labios, respirando de manera pesada.

—Solo un valiente se atrevería a probarme—hablé segura de mí misma.

Estoy caliente, mi cuerpo entero lo está. Mi intimidad palpita, estoy muy mojada. Siento mis jugos mojando mis bragas.

—Dea bella...—vi como acercó su rostro al mío, cerré mis ojos a la expectativa.

—¡Olvidé mi teléfono!—gritó alguien en la entrada.

Abrí mis ojos de inmediato y me separé de Demian, empujándolo con mis brazos. Jayden nos miraba con una extraña mueca desde la puerta, estaba paralizado ahí.

—¡¿Qué carajos?!—dijo negando con la cabeza.

Mierda, toda la lujuria que pude sentir desapareció. Ahora estoy incomoda, no por la situación en sí, si no por mis húmedas bragas.

—¿De qué me perdí?—preguntó.

—De nada, Jayden—habló Demian—. Busca tu mierda de teléfono y vete rápido.

—Dios, que carácter—soltó Jayden, al aparecer, sin pensar.

Demian bufó con molestia, y automáticamente Jayden entró corriendo al departamento, buscando su teléfono en la mesita. Lo tomó y corrió a la puerta.

—Nos vemos, jefecito—salió por la puerta sin mirar atrás.

Apreté los dientes, conteniendo una carcajada. Miré a Demian, él que aun miraba la puerta con el ceño fruncido.

Seguir acá es que la situación en que estuvimos se repita y no lo deseo, no deseo que suceda otra vez. Tengo que responder sus estúpidas pregunta e irme, antes de que sea tarde.

—Haz tus estúpidas preguntas para que pueda irme—solté, llamando su atención.

Giró su cabeza a mí.

—¿Qué droga estaban vendiendo?

—Dawood—respondí.

Entrecerró sus ojos, pensando, o eso parecía.

—Jamás lo había escuchado.

—Ni yo.

Levantó su cabeza—No es como si supieras mucho de drogas.

EFÍMERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora