CAPÍTULO 6

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EL DESPERTAR

HEAVEN

Despierto por el frío, dejé la ventana abierta y no me di cuenta. Miro la hora, son las nueve de la noche... que extraño, mamá no me despertó para comer, siempre me despierta para poner la mesa o algo.

Llevo mi mano a mi cabeza, ordenando el pelo que estorba en mi cara. Me quedé dormida del cansancio, en unas semanas serán las pruebas para entran a la universidad y he estudiado mucho. Me emociona, sé que me irá bien, siempre he sido muy responsable y me he esforzado mucho en mis exámenes.

Me levanto de la cama para caminar al baño que se ubica en mi habitación. Me lavo los dientes y arreglo un poco mi pelo, que parece como si hubiera follado salvajemente con una bestia. Salgo del baño, me pongo unos calcetines y abro la puerta para bajar. Camino hasta la habitación de River y toco la puerta.

—¿River? ¿Estas ahí?—hablé contra la puerta.

Al no recibir respuesta abrí y encendí la luz. La habitación está vacía, River no está. Una conversación que tuve con mi hermana llega a mi mente.

Se me olvidó que hoy iría a la casa de Amalia. Cierro la puerta y me dirijo a las escaleras, las bajo dando un gran bostezo. Miro hacia la puerta de entrada y todo está en silencio, solo con la tenue luz de las escaleras

—¿Mamá?—alcé la voz—¿Papá?

Las luces tan apagadas. ¿Salieron y no me avisaron? Eso es extraño, ellos siempre salen y me avisan y, muchas veces, me invitan para que pasemos tiempo juntos. Caminé a la sala y vi la puerta de esta cerrada, ladeé la cabeza sin entender. Caminé hasta la manilla y la giré, abriendo la puerta. La respiración se me cortó en cuanto alcé la mirada al centro de la sala. La horrible imagen frente a mí me paralizó de pies a cabeza, la sangre abandonó mi cuerpo.

—¿M-mamá?—dije mientras un horrible miedo se instalaba en mi pecho, llegando a todo mi cuerpo.

—¡Corre, Heaven!—gritó mi padre.





Abro los ojos desmesuradamente levantándome de la cama mientras busco aire desesperadamente con la boca. Las lágrimas desbordan de mis ojos sin control, no puedo detenerlas. Mis manos tiemblan con violencia, y mi pecho duele, como si dentro de el algo se estuviera haciendo añicos.

«Solo fue una pesadilla, fue un recuerdo de ese día. »

Doy grandes bocanas de aire tratando de calmarme, calmar los movimientos bruscos de mi cuerpo, calmar mis dolorosos pensamientos. Hace más de un año no tenía una pesadilla.

Estoy segura.

Doy un suspiro y abro mis ojos, mi vista cae en la ropa que traigo puesta y esta no es mi ropa, es muy rosa para mí. Levanto mi cabeza confundida y mis ojos viajan por todo el lugar. ¿Dónde coño estoy? Esta no es mi habitación, no estoy en mi departamento. Las paredes pintadas de gris, los adornos y las sabanas negras. Jamás he estado en este lugar, no sé dónde carajos estoy. Trato de hacer memoria, a mi mente llegan flash back como destellos de anoche.

El club Inferno, la droga, los hombres, los golpes... él llegando, él matando a dos personas a sangre fría.

Mis alertas de encienden al recordar todo, y recordar quien me trajo. No sé qué hago en este lugar, no sé que quieren de mí, no sé qué harán conmigo. Tengo que salir ahora mismo, tengo que irme y avisar a Kilian que estoy bien. Dios, mi mejor amigo me va a matar.

Mi cuerpo duele, mi estomago y espalda. Levanto la camisa para verme, un enorme hematoma se extiende en mi abdomen hasta mi pelvis, mi espalda debe estar igual. Al costado de mi abdomen hay una quemadura pequeña. Llevo mi mano para tocarlo, la zona está muy caliente y rodeando la quemadura está rojo, muy rojo. Mierda, recuerdo los golpes en la cara.

EFÍMERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora