CAPÍTULO 75

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RULETA RUSA

HEAVEN

En cuanto abro mis ojos me encuentro en el mismo apestoso lugar. Mis manos encadenadas, mi cuerpo temblando por el frío y el silencio ensordecedor es todo lo que experimento a mi alrededor.

Me siento perdida y mareada por varios segundos. Las escenas de lo que sucedió antes de que me desmayara comienzan a pasar por mis ojos. Al segundo en que recuerdo la secuencia de los hechos mi cuerpo se paraliza y mi mente queda en blanco. Escuchó mi corazón latir con fuerza en mis oídos, la sangre se congela bajo mis venas y la mezcla de bruscas emociones con interrogantes me atacan.

¿Bianca...? ¿Escuché bien lo que dijo? ¿Ella realmente me llamó... sobrina? Mi cabeza se llena de preguntas sin respuestas. Todo comienza a dar vueltas, me siento mareada y azotada por la revelación. La realidad se mezcla con la ficción, con mi deseo de creer que nada de lo ocurrido antes de que me desmayara fue real porque aceptar lo que se me acaba de confesar mueve cada célula de mi sistema.

Bianca Collins, la mujer de mi mayor enemigo, acaba de confesar que mi madre es su hermana y yo soy su puta sobrina.

¡Esa mierda suena irreal! ¡Es imposible que mi mamá esté conectada con Bianca!

Lo es, ¿verdad...? Maldición, no lo sé. ¡No lo sé y eso me está jodiendo la cabeza!

No puedo asegurar nada porque nada es real a mi alrededor. Cada secreto del pasado de mis padres, de mi familia, es abierto ante mis ojos como una caja de pandora. El caos reina mi vida en cuanto la veo desnuda tal y cual fue. Cada recuerdo que tuve, la vida que creí vivir se desmorona frente a mis ojos. La historia detrás de la sonrisa en el rostro de mis padres me aplasta.

¿Qué es real y qué no? ¿Quién es el bueno y quién no? ¿Quién es cómplice y quién es víctima? ¿Cuál es la verdad y cuál es la mentira? ¿A quién debo seguir y a quién asesinar? No logro entender muchas cosas. Se escapan de mis manos la mayoría de mis preguntas. No hay respuesta para ninguna de ellas, solo una incertidumbre castigadora.

Mis ojos se abren desorbitadamente al recordar la escena completa y mis manos jalan de las cadenas para que mis dedos lleguen hasta mi bolsillo y tomen el papel que Bianca dejó allí.  Las cadenas tiran de mi piel herida, siento como sangran, pero no me detengo. Tiro de mis manos, rasgo mi piel con el metal oxidado y lo sacó de mi bolsillo, agradeciendo que aún siga allí.

Abro el papel con mis pies, ya que mis manos son inútiles en ese momento y no encuentro otra forma de extender el papel. El sudor cae por mi frente cuando logro abrirlo y admiro lo que es, mi estómago se apreta y mi garganta se cierra.

Un mapa.

Bianca dejó un mapa en mi bolsillo, marcando el lugar en dónde me encontraba y el camino que debía tomar para volver a Las Vegas. Siento mis ojos brillar. Sé dónde estoy, sé el camino que debo tomar para escapar, sé la distancia que debo recorrer, sé absolutamente todo. Ya no me encuentro en una situación del todo vulnerable, tengo una carta bajo la manga que puedo usar cuando sea el momento.

Escaparé de allí. Saldré de este maldito lugar con vida. No le daré la satisfacción a Eloy de acabar conmigo. Haré que todos en este lugar paguen por lo que me han hecho. Me lo prometo a mí misma con una convicción inquebrantable mientras trato de guardar el mapa, pero me detengo en seco cuando leo en una esquina un mensaje.

El anillo; recuérdalo.

♟️♟️

El sol comienza a caer y la rutina se repite.

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⏰ Última actualización: Oct 01 ⏰

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