Capítulo 85

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—¡Despierta! —doy un respingo en mi cama que casi me hace caerme de la cama. Giro mi cabeza para ver a Ro.

—¿Qué haces? —pregunto arrastrando las palabras por el cansancio y la molestia.

—Vamos, levántate. Ya es la hora —suelto un suspiro y hago caso a Ro.

Intento prepararme lo más rápido que mi cuerpo me permite. Me pongo lo primero que encuentro en mi armario y voy al baño para asearme. Ni siquiera me molesto en quitarme el moño cuando salgo de la ducha relámpago.

—¿Llevas todo? —me pregunta Ro antes de salir por la puerta.

—Lo dejé todo allí ayer, ¿y tú?

—También.

—Pues vámonos ya —las dos salimos de casa, cerrando la puerta con llave.

Al salir del edificio, nos encontramos con Kevin, nuestro chofer en funciones, apoyado en el coche, como el resto de días. Las dos le saludamos y entramos en el coche. Sin esperar tan siquiera a que se encienda el motor, me recoloco y cierro los ojos, deseando poder dormir lo máximo.

Los últimos dos días han sido muy duros. Vamos mal de tiempo con las grabaciones. Realmente muy mal. Nos hemos pasado dos días trabajando sin descanso, a excepción de las comidas rápidas y las escapadas nocturnas a dormir. Aunque no son nada de provecho... Esta noche creo que he conseguido dormir cuatro horas.

Cualquiera diría que nos están explotando. Pero aún queda mucho que grabar y pocos días libres. 

Rooney y yo nos vamos este domingo, en tres días. Establecimos ese día de llegada porque al día siguiente yo comienzo de nuevo con el instituto y Ro tiene que preparar todo para irse a Sidney. En teoría, después de irnos las grabaciones continuarán únicamente con las escenas restantes, aquellas en las que no aparezco. Pero al ritmo de grabación habitual era imposible llegar a la fecha. 

Así que todo el equipo aceptó a hacer un esfuerzo sobrehumano, doblando horas, para poder terminar lo antes posible. Aún así veo muy lejana esa fecha...

Con todo este caos se me ha hecho imposible volver a ver a Tom desde nuestra visita a Santa Mónica. Tras ese día no podía dejar de pensar en el tiempo que podríamos pasar los dos juntos antes de mi marcha. En el trabajo, hemos sacado un poco de tiempo para hacer videollamadas, pero entre la serie y su película es inviable concretar un encuentro.

—Ya hemos llegado —la voz de Kevin me despierta. Veo que Rooney también se había quedado dormida.

—Gracias por traernos —las dos salimos del coche y nos dirigimos a la entrada.

Al vernos nos dejan pasar y luego nos ponemos a andar hacia el set. Varias personas se encuentran ya trabajando. Después de estar unos cinco minutos en la sección de vestuario, terminan de hacer todas las pruebas necesarias de mi vestuario.

No puedo parar de soltar bostezos involuntarios cada cierto tiempo y mis ojos pesan muchísimo, pero por lo menos soy capaz de aguantar de pie para que me hagan los ajustes necesarios. Al terminar, voy al puesto de Ro ya lista con la ropa que utilizaré en el episodio.

—Mientras te esperaba he hecho dos cafés —Ro menea un vaso de plástico con un líquido marrón oscuro.

—Te quiero —digo cogiendo el recipiente. Doy un sorbo— Vas a necesitar tres kilos de corrector para tapar mis ojeras —digo mientras me siento en la silla donde me suele maquillar.

—Subestimas mis poderes.

Cierro los ojos y dejo que Ro haga su trabajo. Obviamente no puedo evitar quedarme dormida. Ni siquiera he escuchado cuando han llegado Ales, Cameron y Bella.

Yellow Hearts 💛 // Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora