—¡Ya solo quedan unas calles para llegar por fin! —grita Tom pues apenas somos capaces de oír nuestros propios pensamientos. Por unos minutos nos hemos refugiado en un portal, esperando a que amainara la tormenta, pero solo ha aumentado su intensidad.
—¡No me digas que no es divertido! —no puedo dejar de sonreír. Tom me mira y parece que también se le contagia mi felicidad.
—Estás loca —afirma negando con la cabeza. Un trueno hace que los dos miremos simultáneamente al cielo, cubierto de nubes oscuras e iluminado por relámpagos cada cinco segundos.
—Tal vez no divertido —me giro a verle.— Pero sí es entretenido —otro trueno ensordece nuestros oídos.— ¿Qué me dices? ¿Un último empujón? —pregunto con sorna. Tom aprieta sus labios y niega de nuevo con la cabeza, justo antes de agarrar mi mano y ponerse a correr.
Nos adentramos otra vez en la lluvia, dejando que el agua bañe toda nuestra piel. Corro sin saber muy bien por dónde vamos debido a que la lluvia no me deja ver con claridad. Pero él parece muy seguro.
Es increíble la fuerza con la que está lloviendo. Las gotas de agua cayendo en superficies duras resuenan por todas partes, acompañando el sonido de nuestras pisadas aceleradas. Tras haber recorrido unos cien metros que me han parecido el triple, Tom gira hacia la derecha, tirando de mi brazo. Llegamos por fin al portal de mi edificio, donde está cubierto.
—De no ser por ti, no habría sido capaz ni de encontrar mi calle —digo en un tono elevado mientras abro la puerta con mis llaves.
—Ventajas de tenerme —me contesta con una sonrisa, que me contagia al instante.
Consigo abrir y los dos vamos directos al ascensor. Una vez allí mis oídos pueden descansar, ya que solo se oye el ascensor subiendo y nuestras respiraciones, que intentan calmarse.
—¿Ha sido o no ha sido divertido? —pregunto, mirándole de reojo. Él niega con la cabeza con una sonrisa tonta, hasta que me mira.
—Alys... Estás temblando —dice preocupado. Me giro a verle con el ceño fruncido y luego paso mi mirada a mis brazos. No era consciente de que estoy de brazos cruzados y con algún escalofrío.
—No es nada. Sólo tengo un poco de frío —le contesto con una sonrisa, aunque no parezco convencerle. En cuanto entramos a mi casa, dejo las llaves y el bolso empapado en su lugar. Tom deja su cartera y sus llaves en la encimera de la cocina.
—Duchate ahora mismo con agua caliente y luego te pones ropa seca —ordena señalándome el pasillo. Yo pongo los ojos en blanco.— Vamos tienes que entrar en calor.
—Tom, no seas exagerado.
—Tú ve. Mientras voy a preparar algo caliente.
—No sabes dónde están las cosas en la cocina —digo divertida acercándome a él.
—Me apañaré, ahora vete —me dice desafiante.
Suelto una pequeña risa y termino de acercarme para besarlo suavemente. Pongo mis manos en su nuca para acercarlo más a mí y él coloca sus manos en mi cintura. Pensaba que me iba a apartar para mandarme a cambiar otra vez, pero en cambio sus labios responden a mi demanda con más intensidad.
Subo mis manos hasta su pelo y enredo mis dedos entre sus mechones mojados, sin despegar nuestros labios más que para tomar aire. Tom baja sus manos a mis caderas y se acerca hasta que las suyas chocan con las mías. Ante el roce, suelto un suspiro desintencionado.
Los dos nos quedamos quietos. Noto como mi corazón va a mil y mi vergüenza sube a niveles estratosféricos. Sin darme cuenta, he quedado encajonada entre su cuerpo y la encimera de la cocina. Él me mira directamente a los ojos mientras estos continúan clavados en sus labios. Nuestras respiraciones están aceleradas y se entremezclan.
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Yellow Hearts 💛 // Tom Holland
FanfictionAlyssa Leonie Hemsworth Lafuente es el nombre completo de la hija mayor de Chris Hemsworth y Elsa Pataky. Su historia comienza cuando ella tan solo tenía 15 años, en 2014. Su padre y su madre debían hacer un viaje por trabajo, en el que Alyssa y su...