Capítulo 46

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— ¿Hola?

— Hola, cariño. ¿Cómo te va por allí? —sonrió al oír la voz de mi madre al otro lado del teléfono.

— Hola, Ma. Genial, estos días están siendo un poco locos para mí, pero me encanta.

— Claro, porque tú también estás loca —me río con el comentario de mi madre.

— ¿Qué tal estáis vosotros? ¿Allí es muy pronto verdad?

— Sí, son las seis y media de la mañana. Pero tu padre y yo tenemos cosas que hacer. Por cierto, voy a poner el altavoz.

Oigo un silencio durante unos segundos.

— ¿Cómo estás, bichito? —la sonrisa se me ensancha aún más al oír a mi padre.

— Muy bien, Papá. Todo es un poco ajetreado pero estoy disfrutando un montón.

— Me alegro de oír eso, Aly.

— Por cierto, mi vida —empieza a decir mi madre. — Debo decir que he visto las fotos del panel de Marvel y estabas preciosa. Y no lo digo porque sea tu madre.

— Y yo no lo digo porque sea tu padre —suelto una risa.

— A mí también me encantó el vestido que compramos y, el maquillaje y el peinado que me hizo Ro.

— ¿Y qué tal está ella? ¿Está ahí contigo?

— No, Ro se ha ido con Ales, Bella y Cameron a cenar. Yo estaba un poco cansada y prefería venir al hotel.

— Si quieres te dejamos descansar... —dice mi padre.

— No tranquilo, quiero hablar un poco más con vosotros —aunque no les vea sé que están sonriendo de oreja a oreja.

— Entonces... ¿Qué tal la experiencia de Cómic Con? —suelto un soplido.

— Tenías razón es indescriptible —oigo como se ríen. — Muy contenta de cómo se han tomado la noticia de Capitana Marvel los fans.

— ¿Creías que te iban a rechazar? Eres mi hija, hija de Thor todo poderoso —ruedo los ojos.

— Precisamente, Papá. No es como si mi papel fuera el de la hija, semidiosa, de Thor.

— Cierto —me río.

— ¿Qué tal los niños?

— Pues India, como la última vez que te fuiste, anda preguntando todo el rato cuando vas a volver y diciendo que la próxima vez quiere ir contigo.

— Que cara dura tiene... En casa cuando la digo que juguemos a algo, siempre me dice que no me necesita.

— ¿Qué quieres Aly? Tiene cuatro años, la rutina le aburre —los tres reímos con el comentario de mi madre. — Los gemelos andan por toda la casa jugando y persiguiendo se. Y cuando India no te extraña, se une a ellos. Algunas veces también vienen los Damon.

— Cuando Ro y yo volvamos tenemos que quedar todos juntos.

— Por supuesto —dice mi madre riendo. No puedo evitar soltar un bostezo.

— Creo que os voy a colgar ya y me meto en la cama...

— De acuerdo, bichito.

— ¿Mañana os llamo en videollamada para hablar con los niños?

— Claro —dice mi madre. — Adiós, cariño. Sueña con los angelitos- dice burlona.

— Adiós, Ma. Adiós, Pa.

Cortamos la llamada y miro la hora. Son las diez y media, y no tengo ni hambre ni energía.

Eso solo puede significar una cosa...

Pa' la cama.

Me desvistió y me pongo el pijama en escasos segundos. Luego voy al baño a desmaquillarme, a peinarme, a lavarme los dientes, a mear... Y pocos minutos ya estoy metida en la cama y en un estado que en el que me podrían dar el certificado de defunción.

*****

Doy vueltas a la cama de un lado a otro. Me giro, me revuelvo, me pongo boca abajo, boca arriba y me vuelvo a revolver.

Vale, era demasiado bonito para ser verdad...

No soy yo si no me cuesta dormirme, o no me despierto de pronto por la noche. Creo que la única vez que pase eso será porque me han drogado.

Estirando la mano veo la hora en mi móvil. Las dos de la mañana. He dormido tres horas y media. No está mal...

Miro hacia la izquierda y veo como Ro duerme boca abajo, con el culo en pompa y con la boca abierta. Estoy segura que está babeando...

Suspiro mientras miro al techo. Solo puedo hacer una cosa...

Sin preocuparme de si Ro se despierta o no, porque sé que no lo va a hacer, me levanto de mi cama. Me pongo mis zapatillas, una chaqueta de cremallera, cojo mi móvil, la tarjeta de mi habitación y salgo por la puerta.

Voy por el pasillo desértico en dirección al ascensor. Cuando entro en el ascensor, las puertas se cierran, antes de yo decidir a qué botón pulsar...

Durante unos segundos, pienso en ir a la habitación de Ales. Pero seguro que está dormido y no quiero molestarle a él ni a Bella.

Así que pulso el botón del último piso. Miro por la ventana como me elevó y como me separo del suelo a una distancia de vértigo. Pero a mí me encanta esta sensación.

Las puertas se abren y salgo al pasillo de las habitaciones más altas. No sé muy bien a donde ir, pero sé que no debe estar muy lejos.

Y así es... Pronto encuentro unas escaleras un poco alejadas de cualquier habitación. Con la luz encendida del móvil, para no caerme, las subo. Al llegar arriba, me encuentro con una puerta. Tal y como me esperaba.

Bajo la manilla de la puerta y empujo. No consigo abrirla pero doy un golpe con mi hombro, usando mi peso, y la puerta cede.

Una fresca brisa me embriaga por completo, mientras cierro los ojos y disfruto.

Salgo a la azotea desde donde se pueden ver las luces de la ciudad de San Diego. No llego a cerrar la puerta y la dejo entornada, por si luego no soy capaz de abrirla.

Camino hacia la cornisa y me pongo sentada en el suelo, no muy cerca del final. Tomo una bocanada de aire y la suelto con tranquilidad.

A pesar del aire contaminado, que seguro tiene la ciudad, siento como mis pulmones disfrutan del aire medio frío. Menos mal que he cogido una sudadera... Aunque ya tengo experiencia con esto de las azoteas.

Recuerdo cuando Tom me llevo por primera vez a una azotea de un hotel. Antes de ese día nunca había estado en una y desconocía que se pudiera acceder a estas.

Pero cada vez que voy a un hotel, en los días de mi insomnio. Voy al último piso y voy en busca de las puertas para ir a ellas. Y... Bingo. Siempre las encuentro. Algunas se encuentran cerradas, pero otras se pueden abrir como si nada.

Me recuesto en el suelo y miro hacia el cielo, donde se ven algunas estrellas. Los recuerdos de mis noches en la azotea con Tom, pasan de un lado a otro en mi mente.

Paso unos minutos más allí y pienso que ya es hora de irme a la habitación.

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¿Un poco aburrido?

Puede ser, pero también debe haber capítulos más de tranquis, ¿no?

Os quiero 3000 💛

Yellow Hearts 💛 // Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora