Capítulo 83

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La última semana ha sido interesante. Hemos estado todos los días haciendo lectura de guión y rodajes. Esto se me podría haber hecho un poco monótono, pero de hecho todos los días Tom y yo hemos quedado y hemos recorrido gran parte de L.A.

De alguna manera hemos conseguido ir juntos todos los días a comer o a cenar, dependiendo de nuestros horarios. Hemos quedado en calidad de amigos y la verdad es que me lo he pasado muy bien con él todos estos días.

Los primeros días llegué a sentirme un poco extraña e incómoda pues los dos ignoramos lo que verdaderamente pasa entre nosotros. Pero agradezco que Tom respete esa pequeña barrera que establecí.

—Vamos a llegar tarde —informo a Rooney.

—No me queda nada, ya acabo —dice mientras la veo coger un bote más para luego poner polvos en mi cara con una brocha.

—Como pillemos atasco... —le advierto.

—No van a empezar sin ti, tranquila —vuelve a mirar entre todos los productos que hay esparcidos en mi cama y coge un lápiz. Chasqueo la lengua en señal de desaprobación.

—¿Quieres dejar de coger más cosas? —le digo alzando la voz.

—No pensarás que voy a dejar que vayas con esas cejas —me rebate con el ceño fruncido.

—Eres horrible —digo poniendo los ojos en blanco.

—Si te estuvieras quieta, no tardaría tanto —me quedo sin hacer ni decir nada, hasta que termina de pintar y cepillarlas. Se aleja unos pasos y me mira con los ojos entrecerrados— A ver mueve las —hago lo que me dice y muevo las dos cejas a tiempos dispares.— Están bien.

—¿Ya has terminado? —se queda unos segundos pensando y mirando la cama hasta que coge y me muestra un pintalabios con una sonrisa.— Debes de estar vacilando.

—Oh, pero si esto te va a dar el toque —dice pintando mis labios.— Haz así —imito el movimiento que Ro hace con su boca y sonríe de oreja a oreja.— Perfecto.

—Por fin —pongo los ojos en blanco y me levanto mientras me cuelgo el bolso en un hombro.

Las dos salimos del apartamento y bajamos al garaje. Allí nos subimos a mi moto, cada una con su casco, y pongo rumbo a la dirección que Olivia me ha mandado antes. Por el camino tenemos que hacer algunas paradas y mirar si vamos en la buena dirección, básicamente para no perdernos.

Al llegar allí vemos a Olivia en la calle, vestida con un traje blanco con sutiles rayas de colores y un recogido bajo muy elegante. Me aparto a un lado para no entorpecer el tráfico de la ciudad y ella se acerca a nosotras a hablar. Freno la moto y levanto la visera de mi casco.

—Llegáis justas de tiempo —nos regaña cruzándose de brazos

—Culpa a Ro —digo señalando con la cabeza.

—Que guapa estás —contesta Ro con una sonrisa. Liv rueda los ojos con una sonrisa.

—Tienes que aparcar la moto en el segundo garaje. La entrada está a la derecha después de doblar esta esquina —me indica ella, ignorando a Ro. Asiento riendo y bajo la visera de mi casco antes de seguir sus indicaciones.

El encargado de seguridad del garaje nos levanta la valla en seguida y entramos. Bajo al piso de debajo y aparco en una de las plazas de moto. En la puerta del ascensor Liv nos espera.

—Ya están todos aquí —las tres nos metemos en el ascensor y Liv pulsa a uno de los botones.

—Había tráfico.

Yellow Hearts 💛 // Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora