— ¿Acaso el agua esta fría? —me giro y veo como Tom se acerca a donde estoy.
No puedo evitar dirigir mi mirada durante unos segundos a su abdomen. Pero la subo rápidamente antes de que me vea. Empiezo a tener calor...
— No... Solo te estaba esperando —digo riendo. Los dos estamos de pie en la orilla, con los pies metidos en el agua. Yo me encuentro con los brazos cruzados.
— Pues ya estoy. Capitana —dice recalcando el apodo.
Me río y niego con la cabeza. De pronto, Tom se acerca a mí y se pone justo enfrente de mí. No puedo evitar pensar en el sueño que tuve hace ya tres días...
Pero, entonces, Tom se agacha, me coge por las piernas y se levanta. Yo quedo agarrada como un saco de patatas en el hombro de Tom.
— ¡Tom! ¡¿Pero qué haces?!
— Llevarte al agua —dice riendo. Yo tampoco puedo evitar reír.
Tom anda mar a dentro cargando conmigo hasta que le cubría la cintura. Entonces, tal y como hizo con la piscina de bolas, me deja caer. El agua está perfecta de temperatura... Salgo y me quito el agua de mis ojos. Cuando los abro, veo como Tom se está riendo.
— A ti te gusta cogerme y luego tirar me en sitios, ¿Eh? Arañita —digo pronunciando su apodo con lentitud.
— Me estoy empezando a acostumbrar a lo de Arañita —dice con una sonrisa burlona. Los dos reímos. — Y en cuanto a lo de tirarte... también le estoy cogiendo el gusto...
Volvemos a reír y nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos. Me acerco a él lentamente hasta que solo estamos a veinte centímetros. Levanto la mirada y mis ojos se quedan fijos en los suyos.
Me permito mirar sus labios durante unas milésimas de segundo, suficientes para que él es capaz de percibir. Su boca está ligeramente abierta y estamos bastante cerca....
— Pues no se lo cojas...
Sin previo aviso, engancho uno de mis pies con el tobillo de Tom y tiró de él. Mientras, también pongo las manos en su pecho para tirarle para atrás, provocando así su caída al agua.
Tom no es lo suficientemente rápido para evitarla, pero si para agarrar mis muñecas y llevarme con él al agua.
Subo a la superficie y me paso la mano por la cara y por el pelo. No puedo parar de reír.
Tom intenta mirarme serio, pero sus labios delatan que está aguantando se la risa.
Segundos después no puede evitarlo y se le contagia mi risa.
*****
El resto de la tarde nos la pasamos en la playa. La mayor parte del tiempo en el agua.
Pero, antes de que atardeciera, volvimos al hotel. Estuvimos en su habitación para comprobar que Harrison continuaba vivo. Al parecer si lo estaba, pero no en muy buenas condiciones...
Continuaba doliéndole el estómago y le dolía la cabeza. Pero por lo menos era capaz de mantener una conversación sin ir al baño cada diez minutos. Sólo iba cada veinte...
Cuando quedaba una hora para la hora de cenar, yo volví a mi habitación. Primero pasé por la habitación de mis padres, donde se encontraban jugando con India a un juego de cartas. Yo también jugué dos partidas, en las que mi padre me decía que me iba a desheredar porque no paraba de mandarle las cartas malas.
Pero luego me fui a mi habitación para meterme a la ducha. Solo me tomo diez minutos y, cuando salí, me puse unos shorts con una camiseta de manga larga. Sé que no tiene mucho sentido para algunas personas. Pero es que a mí me encanta estar calentita por arriba y fresquita por las piernas.
Minutos más tarde, India vino a la habitación para decirme que ya íbamos a bajar a cenar.
La cena fue bastante ordinaria. Tristan y Sasha tiraban la comida que mis padres trataban de darles, ellos se quejaban e intentaban esquivar los proyectiles, India se reía como loca y yo observaba sonriendo a mi loca y peculiar familia.
Cuando terminamos subimos a las habitaciones. Volvimos a jugar un par de partidas con mis padres a las cartas. Pero, luego, ellos me dijeron que India ya debía irse a la cama porque lo más seguro es que mañana nos despertaríamos bastante temprano. Debíamos estar en en el aeropuerto antes de las seis de la mañana.
India encendió la tele en cuanto pisamos nuestra habitación. Ruedo los ojos.
— India. Tienes que irte a la cama ya.
— Por fa, por fa, solo unos minutos —dice juntando las manos y poniendo cara de morritos.
— Oh, venga... No me hagas pucheros —digo frunciendo el ceño.
Ella pone su cabeza más de lado y empieza a pestañear con rapidez.
— Argh... Está bien —la digo mirando al cielo.
— ¡Sí! —dice saltando.
— Pero —digo levantando el dedo. — No puede ser la tele. Tiene que ser algo que no te dañe a la vista antes de dormir.
— Suenas como má —dice cruzándose de brazos.
— En esta habitación, soy mamá —digo imitando su postura.
— Está bien. Entonces juega conmigo una partida —dice levantando una baraja. Niego con la cabeza mientras río.
— Lo que quieras...
India empieza a repartir las cartas entre las dos y comenzamos el juego.
— Aly...
— ¿Sí?
— ¿Puedo hacerte una pregunta? —ella está mirando sus cartas concentrada.
— Mmm... Claro —digo colocando mi primera carta.
— ¿Por qué tu amigo Tom me dijo que sois cazadores de monstruos de piscinas de bolas? —abro los ojos de par en par. India sigue concentrada en sus cartas sin mirarme.
— ¿Por qué dice eso? —pregunto nerviosa.
— Bueno. Yo sé que no hay monstruos en las piscinas de bolas. Sólo hay en el mar y en algunos lagos, como el monstruo del lago Ness.
— Pues... —piensa, Aly, piensa. — Tom realmente piensa que hay monstruos de piscinas de bolas. Y su familia no le quiere decir la verdad porque ser cazador de monstruos es su sueño. Así que no quieren decepcionarlo...
¡¿Pero a ti qué te pasa?! ¿Acaso no se te ocurre una historia peor? Es que sus preguntas siempre me ponen nerviosa y mi cabeza no sabe lo que dice. Perdona, pero tú cabeza, aka yo, sabe perfectamente lo que dice. Es tu voz la que actúa sin preguntarme. Vale, vale... Pero India es una niña de cuatro años. Seguro que se lo traga. Te recuerdo que esa niña es más lista que nosotras. ¡Ey! Sólo digo hechos.
India levanta, al fin, la mirada y se me queda mirando unos segundos.
— ¿Entonces lo hacen para protegerle? —pregunta mirando me con la cabeza inclinada.
— Mmm... ¡Sí! Igual que cuando Mamá y Papá te dicen que algún día serás astronauta.
— ¡Ey! —dice ofendida.
Mierda... Aborten misión, ¡aborten misión! Repito, aborten misión... ¡Cabeza, ya es muy tarde para abortar misión!
— ¡De mayor yo sí que voy a ser astronauta!
— Sí, sí, sí, sí. Me he liado... Lo siento —India me mira con el ceño fruncido.
Pero el enfado solo le dura dos minutos y el resto de la partida continua jugando emocionada.
__________
Voy a morir entre exámenes, trabajos y deberes esta semana...
Real que aún me quedan cuatro exámenes, tres trabajos normales y un trabajo súper importante y largo que tengo que terminar esta semana (para las que sepan qué es me refiero al trabajo de investigación de Bachillerato. Si os da curiosidad buscad en internet).
Os quiero 3000 ❤
ESTÁS LEYENDO
Yellow Hearts 💛 // Tom Holland
FanfictionAlyssa Leonie Hemsworth Lafuente es el nombre completo de la hija mayor de Chris Hemsworth y Elsa Pataky. Su historia comienza cuando ella tan solo tenía 15 años, en 2014. Su padre y su madre debían hacer un viaje por trabajo, en el que Alyssa y su...