Capítulo 72

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—¡Buenos días! —grita una voz. Concretamente la de mi mejor amiga.

Ni siquiera me molesto en moverme y me quedo aún con la cara hundida en la almohada. Tengo mi posición habitual de dormir, es decir, con si hubieran dejado caer un saco de patatas en la cama. Esta posición me suele dar dolor en la baja espalda, pero es la única manera en la que soy capaz de dormir.

—Bueno... Ya son más buenas tardes —oigo susurrar a Ro para si misma.

Yo hago un gruñido pero aún sin moverme. Noto como el colchón de la cama de matrimonio se tambalea un poco y se hunde a mi lado. No hace falta abrir los ojos para saber qué Ro se ha tirado y se ha quedado tumbada. Giro mi cabeza pero sin abrir los ojos, porque ya noto de por sí la luz del sol a través de mis párpados.

—¿Puedes apagar el sol? —tengo mi cara medio arrugada por la molestia.

—Si esperas unas ocho horas se apagará solo.

—Pues espero —digo volviendo a esconder mi cara en la almohada.

—No he venido desde Australia hasta aquí para que estés así —noto como Ro me empuja con las manos haciéndome rodar hasta el borde de la cama, haciéndome caer de esta.

—¡¿Estás tonta?! —grito desde el suelo sentada y mirándola con rabia.

—No más que tú si piensas que voy a dejarte dormir más. Son las dos de la tarde y no sé si algo de lo que tienes en la cocina es comestible o me puede dar cagalera.

—Mira que eres fina —la digo frontándome el ojo.

—¿Te levantas o qué?

Hago un gruñido, mientras me levanto, y sin decir nada más voy en dirección a la cocina. Rooney y yo nos ponemos a cocinar y hacemos pechuga de pavo con arroz. La pechuga nos ha salido muy bien, aunque el arroz se nos ha hecho una plasta, porque no hemos calculado bien el tiempo.

Nos sentamos a comer en la mesa que se encuentra justo a la izquierda de la entrada, antes de llegar a la parte "salón" o "cocina". Desde aquí se puede ver la tele, aunque sea un poco a lo lejos. Mientras hacemos zaping sale la noticia de las fotos de Tom, definitivamente lo mío con Ales ha sido eclipsado por lo de Tom. Ro cambia el canal de nuevo y acaba dejando un canal de noticias internacionales.

—¿Vas a llamarlo? —pregunta ella llevándose un trozo de pavo a la boca.

—Supongo que ya es hora de que lo haga —digo jugando con el arroz.

—¿Y al final vas a quedar con Harrison para hablar?

—Creo que sí.

—De acuerdo, yo... Voy a ir a la casa de los chicos. Ya sabes para ver cómo están los ánimos —sé que se refiere a cómo están los ánimos después de mi ruptura con Ales.

Quisiera hablar con él, pero prefiero dejarle espacio y no obligarle.

—Vale, al final del día me cuentas, ¿Okey?

Ella asiente y continuamos con nuestra comida. Cuando terminamos, comienzo a notar un nudo en el estómago. Debo de llamar a Tom de una vez.

Voy a hacia mi habitación con el móvil de la mano. Busco el contacto de Tom y me quedo varios segundos de pie. Empiezo a pensar en qué le voy a decir y cómo será la mejor forma de aclarar las cosas. Pero al no salir nada claro en mi mente, decido pulsar sin tan siquiera pensar.

*****

Narra Tom

—¿Cómo puedes con todo eso? —pregunto a Harrison viendo como engulle un plato rebosante de pasta.

Yellow Hearts 💛 // Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora