Yellow Hearts 💛 // Tom Holland

Capítulo 35

Después de que Tom dejara todo el vestuario lleno de arena, nos fuimos al hotel. No sin que antes Carol, la encargada de vestuario, echara la bronca a Tom.

Le dije a mi padre y a mi madre que estaría en la comida y por la tarde con Tom y con Harrison para aprovechar nuestras últimas horas juntos.

Tom y yo subimos a su habitación para comprobar en qué condiciones se encontraba ricitos de oro.

Cuando entramos, el susodicho se encontraba en el baño. Tom golpea la puerta.

- "Mate" Aly y yo ya hemos llegado. ¿Estás bien?- Tom y yo nos estamos mirando.

- Creo que no...- muerdo mis labios intentando aguantar la risa mientras que Tom tiene una risa burlona.

- Yo creo que el desayuno te ha sentado mal...

- ¿En serio, Holland? No sabía que ahora eras graduado en medicina...

- He de decir que yo creo que estas embarazado...- Tom no pudo evitar soltar una risa con mi comentario.

- Ja, ja, muy graciosa, Hemsworth- dice Harrison aun al otro lado de la puerta- Juro que no voy a volver a comer tanto en mi vida.

- No te lo crees ni tú, rubito- Tom y yo reímos.

- Entonces, ¿no vienes con nosotros a comer?

- No me hables de comida, amigo...- oímos como Harrison hace una arcada dentro del baño. Los dos ponemos cara de asco y reímos por lo bajo.

- Pues parece que quedamos tú y yo- me dice Tom alejándose de la puerta. No puedo evitar morderme el labio inferior.

- Pues sí- digo riendo.

- ¿Qué te parece si vamos a comer fuera y luego vamos a dar un paseo o vamos a la playa?

- Mmm... ¿qué tal y si hacemos todo?- él sonríe.

- Perfecto.

*****

Antes de salir fuera del hotel, voy a mi habitación a ponerme un bañador debajo de la ropa. Decido ponerme el bikini que me regalaron después de la sesión de fotos.

Tom y yo quedamos en recepción y, más tarde, vamos a buscar un sitio para comer. No tengo ni idea de a dónde ir. Y mucho menos, Tom.

- ¿Y si entramos al primer sitio que veamos la próxima vez?

- No sé si es buena idea. Puede que no haya nada de lo que te guste.

- Bueno... podemos arriesgarnos-dice sonriendo. De pronto me coge de la mano y tira de mí.

No puedo evitar reír. Aunque, en realidad, el tacto de su piel con la mía me pone tremendamente nerviosa. Mi risa es casi toda por los nervios que se crean cada vez que tengo contacto con él.

A mi mente vuelve el recuerdo de hace unas horas de Tom y yo tumbados en la playa. No sé cómo en ese momento mi cuerpo no empezó a temblar como si fuera un flan. Inevitablemente mis mejillas empiezan a ponerse rojas. Por el recuerdo, y por la mano de Tom.

Tom se para justo en la entrada de un restaurante bastante normal. Los dos nos acercamos al tablón donde, al parecer, vienen todos los platos que tienen y los menús.

- Me temo que no entiendo nada...- dice Tom confundido mirando el tablón. Extrañada me acerco más al tablón.

- ¿No viene en inglés?