Capítulo 47

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Con ayuda de mis manos, me levanto del suelo. Miro la hora en mi móvil. Las dos menos cuarto. Mañana no tengo que madrugar así que no estoy preocupada por la hora a la que debo despertarme.

Guardo mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta y voy en dirección a la puerta de entrada a los pasillos del hotel.

Cuando estoy lo suficientemente cerca, veo que la puerta esta cerrada. Pongo mi mano en la manilla y empujo hacia mí, pero la puerta no se abre.

 — No, no... —doy varios empujones por si la puerta ha tenido un fallo en el mecanismo. — Vamos, vamos...

Intento repetidas veces esto, pero la puerta no cede. Rendida, apoyo mi cabeza en la puerta y suelto un gran suspiro.

De pronto, unos segundos después, la puerta se abre de golpe. Esta me golpea en la cabeza, provocando mi caída en redondo al suelo.

Me quedo sentada, tocándome la cabeza dolorida. Pestañeo varias veces, pero mi vista está nublada. Es como si tuviera varios mini puntitos delante de mis narices.

— Oh, mierda. ¿Estás bien?

Alguien se agacha a mí lado y comienza a hablarme. Pestañeo varias veces para que mi vista se adapte.

— ¿Tom? —digo confundida.

— A-aly, yo lo siento mucho. No sabía que estabas al otro lado de la puerta —dice Tom rápidamente.

— Tom. Tom, tranquilo. Sé que no lo has hecho a posta... o por lo menos quiero creer eso —digo sonriendo. Los dos reímos y un terrible pinchazo se hace presente en mi cabeza. Me quejo adolorida.

— Déjame ver —Tom saca su móvil y enciende la luz de la linterna. Aparta el pelo de mi cara y apunta la luz hacia mi cabeza. — Mierda...

— ¿Qué pasa?

— Se te ha hecho un corte en la frente. Estás sangrando un poco... —dice apenado.

— Tranquilo, no me duele mucho —Tom me mira de lado. Vale, no ha colado...

— Lo siento mucho, Aly. De verdad, soy un desastre con patas.

— Hey, no pasa nada... —digo poniendo una de mis manos en su brazo.

Noto sus músculos marcados, muerdo mi labio inferior.

Mierda, mierda, mierda... Aly contrólate por el amor de Dios.

Nos quedamos unos segundos mirándonos sin decir nada. Mi mirada presta atención a sus ojos café, a sus pestañas ligeramente largas, su ceja rebelde, su marcada mandíbula... y, con todas las fuerzas de mi ser, evito, a toda costa, mirar sus labios.

Aly, deja de pensar en la maravilla de hombre que tienes delante...

— ¿C-crees poder levantarte?

— La verdad es que no... Si me levanto, temo volver a caerme

— Bueno... Puedes intentarlo, yo te sujeto si te caes.

Mi parte racional me dice que ni se me ocurra intentarlo, porque sé que me voy a caer. Pero mi parte loca, dice que no piensa quedarse en el suelo y esperar a que mi cabeza deje de doler, por arte de magia.

Cómo suelo hacer, hago caso a mi parte loca y asiento. Con una mano, me apoyo en el suelo, con la otra, cojo la mano que Tom me ofrece, mientras que su otra mano se coloca cerca de mi cintura sin llegar a tocarme, por si flaqueo.

Levantarme, consigo levantarme. Pero entre mi torpeza y mi mal estar, me balanceo un poco y pierdo el equilibrio. Pero en vez de caerme para atrás, caigo hacia delante. Inconscientemente, me apoyo en el pecho de Tom.

Yellow Hearts 💛 // Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora