Slow Burn y algo más...
Una voleybolista y un futbolista conocidos en La Masía, mejores amigos desde pequeños, se aman desde siempre pero por miedo a arruinar su amistad trataron de frenar sus sentimientos ¿Tomarán coraje o serán reprimidos por siem...
Iri Estaba en el baño completamente desnuda, me miré al espejo y parecía que había corrido una maratón de 800 metros. Mis mejillas estaban coloradas y mis ojos brillaban, mi cuello estaba hecho mierda y en mis muslos estaban marcadas las manos de Gavi. No sabía que iba a inventarme al otro día en el entrenamiento.
Salí del baño con las piernas aún temblando, me caería en cualquier momento. Fui a la pieza de Gavi a buscar mi ropa y ahí estaba él, boca abajo tirado en su cama, tenía mis arañazos en toda su espalda. -Tenemos un gato y no me había enterado- Bromeé mientras me ponía el sostén. -Algo mucho mejor- Me dijo mientras me apreciaba- Hasta la señora García te ha escuchado, va a venir a quejarse y tu vas a atenderla- Me avisó. -Quien fue el culpable de tales gritos?- Pregunté obviando la respuesta. -Mm no sé.... Te vas?- Preguntó cuando me vió levantar el vestido. -Y si. -Ven a dormir conmigo, hemos hecho de todo recién, terminemos como se debe- Con esa frase me convenció, tiré mi vestido y me acosté a su lado.
Yo boca arriba, Gavi boca abajo, él soltó su celular y acarició mi mejilla mientras sonreía. -Irina D'Angelo eres la mujer más preciosa del mundo- Me dijo y yo besé su mejilla. -No conoces a todas las mujeres del mundo cómo para saberlo. -No hace falta si ya te conozco a ti- Me derretí de amor y nuestros labios se juntaron en un largo beso que cada vez era más y más intenso- No, yo no puedo segunda ronda- Le avisé y Gavi bufó- Casi me has matado ¿Qué pensás, boludo enfermo? -Marcos lo hace mejor que yo?- Soltó de la nada y yo me reí. -Porque preguntas esa boludez?- Me interese. -Me mata la curiosidad- Dijo con esa cara de arrogante, claro quería hacerlo enojar. -Igual si, es tremendo- Mentí y su sonrisa desapareció. -Quieres que probemos de nuevo a ver si el lo hace mejor?- Se enojó. -No te enojes estúpido, es mentira- Me reí pero a él no le causó gracia.
Su felicidad volvió cuando me senté en sus piernas y él puso tocar libremente todo lo que le gustaba, por esa noche no pensamos en las consecuencias de los días siguientes.
Luego abracé a Pablo y así estuvimos toda la noche, me levanté a la mañana siguiente a tapar el desastre que tenía en el cuello. -Porque cubres mi creación?- Preguntó Gavi mientras se despabilaba, su voz estaba muy ronca y eso me había puesto demasiado pero tenía entrenamiento y no llegaría tarde por tal boludez. -No puedo ir mostrando el cuello con marcas tan horripilantes- Le respondí tratando de mantener la calma. -Bien que anoche si te gustaban- Me giré indignada y él sonrió burlón, no podía ni mirarlo porque quería besarlo en todo momento. -Cortala, ya está- Me iba a comer el bullying eterno de Pablo Páez Gavira, el chico más burlesco de la historia.
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Salí de mi habitación y el desayuno ya estaba listo, Gavi acostumbraba a ir sin camisa por la casa pero desde ayer cada que lo veía me urgía repetir lo de la noche anterior.
Gavi Sabía que Iri no estaba enamorada de mí, por eso debía conquistarla, nos besábamos y demás pero no era justamente eso lo que quería. Lentamente iba a enamorarla, no podía perder la oportunidad cuando ya la tenía en mis manos.
-Café, tostadas y un bello compañero de departamento, que más necesita?- Le pregunté cuándo apareció por la puerta. -Un beso de buenos días- No pude evitar sonreír al escuchar eso, me acerqué a ella y la tomé de la cintura, ella me besó con sus esponjosos labios y yo cada vez la amaba más.
Acompañé a Iri hasta la Ciutat Esportiva y todas sus compañeras estaban fuera, cuando nos vieron llegar comenzaron a molestarla como siempre lo hacían, todas querían que Iri y yo estuviéramos juntos. -Nos vemos- Me dijo y me abrazó. -Un besito al novio, Iri!- Gritó Ailen. -No seas guampuda y dale un beso, forra asquerosa- Nunca llegué a comprender del todo los modismos argentinos y Guadalupe era un buen ejemplo. -Dejen de hinchar las bolas, que a ustedes no las quiera nadie no es mi culpa!- Gritó Iri y todas la abuchearon. -Exitos, nos vemos luego- Dije y besé su mejilla. -Gavi era un poco más al costado pero ya se va a lograr, paciencia- Me apoyó Valentina y yo asentí dándole la razón, no debería haberlo hecho porque todas enloquecieron.
