Capítulo 3

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Incertidumbre Ignorada

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Lucas no tardó mucho en llegar a su destino, al pararse bajo el marco de la puerta del aula, pudo ver cómo cada una de las miradas de los presentes se posaban sobre él y su nuevo accesorio en el rostro, miradas tanto de sus compañeros como de sus amigos, a los cuales, solo les dedicó una leve sonrisa. El profesor también lo miraba, así que decidió terminar rápido con la tensión del momento y de su propio cuerpo.

—Vengo por mis cosas, voy a retirarme

Dijo hacia el hombre, quien le hizo una seña al menor para que procediera. Lucas se acercó a su lugar, guardó las únicas cosas que tenía sobre su escritorio y se alejó, ignorando las mil y un preguntas de sus amigos. Segundos después, volvió a acercarse al maestro, mostrándole el papel que le fue entregado en la enfermería que confirmaba su temprano retiro.

Una vez listo, con mochila en los hombros y tras otra mediana caminata, pudo regresar al pasillo donde Evan y su padre lo esperaban, juntos para volver a sus hogares.

***

Lucas intentaba bromear un poco con Evander durante el camino, llegando al punto de darle un codazo en el hombro varias veces para volver a llamar su atención, el otro parecía estar nervioso sobre el interrogatorio que le caería encima al quedarse a solas con su padre y llegar a casa, el hombre por su parte estaba contándole ya a su esposa lo sucedido a través de una llamada.

El chico "bromista" también estaba avergonzado aunque no lo mostrara, podía sentir de nuevo como varias personas en la calle lo miraban y estaba casi seguro que era por la gasa que cubría su ojo. Con el objetivo de solo centrarse en ellos mismos, decidió empezar una nueva conversación con su intriga personal.

—Evan, y tú por qué te fuiste? No pareces herido de nada como yo

El aludido reaccionó al escuchar su nombre, tomó con algo de fuerza las correa izquierda de su mochila, que era la única que colgaba de su hombro y respondió con un tono avergonzado.

—Tal parece ser que me desmayé en el receso, desde la primera hora el ruido del salón era insoportable, y aún más en los pasillos, sobre todo las voces de los demás, sentía como si me estuvieran taladrando por dentro y eso terminó afectándome, después de eso no me sentí tan bien como para quedarme en clases

Lucas quedó perplejo con esa situación, ¿Voces?, Evan nunca había sido así de sensible al ruido, debía admitir que el otro sí se molestaba rápido si algo lo distraía, pero nunca fue para nada de llegar a tal punto de desmayarse, ¿era acaso normal eso?... Ni siquiera sabía qué esperaba recibir como respuesta pero definitivamente no era nada como aquello.

—¿Y a ti? Tu ojo y... Tus manos también... — Cuestionó ahora el otro con preocupación

—Bueno... Eso...

Quién fue interrogado soltó una risa más por los nervios, miró al hombre frente a ellos e hizo un pequeño ademán de que le contaría la verdad más tarde, por ahora, para no dejarlo en silencio y ser sospechoso –en caso de que el hombre al frente estuviera escuchándolos de alguna forma–, le platicó la misma historia que le había dicho a la enfermera en el colegio, agregando solo algunas cosas extra para justificar los rasguños de ambas de sus manos.

(...)

Después de una no muy larga caminata, ambos chicos ya se encontraban en la habitación de Evander, quien se encargó de cerrar bien la puerta para no recibir interrupciones por parte de su padre.

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