Capítulo 22

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¡Se busca!

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Los primeros dos días de la semana parecieron pertenecer a Alexander y su preocupación por Eilen. A pesar de quedarse en el club de música durante las tardes y mantener su mente "ocupada" con los proyectos de final de lapso, siempre, de una forma u otra, regresaba al pensamiento de que no estaba cumpliendo su promesa personal de visitar a la joven.
Él se convencía de que era por ser responsable en el instituto, además de que el ir con ella sólo era con el objetivo de saber cómo se encontraba luego del "problemita" que habían tenido el fin de semana, pero no podía negar que su verdadera intención era otra, y que ahora también quería muchas respuestas de su parte.

En cuanto a sus amigos, ya estaba enterado que por fortuna Evander se encontraba bien y que los moretones iban desapareciendo poco a poco, de la misma forma, los rasguños de Lucas en sus brazos eran casi invisibles. De todos modos, aún continuaba usando ropa de manga larga que no era ningún inconveniente, pues con la llegada reciente del otoño, el aire comenzaba a tornarse más frío y con esa perfecta excusa, no recibiría tantas preguntas mientras sus heridas terminaban de desvanecerse.

***

A la salida del instituto, Alexander se esforzaba por pasar entre los demás alumnos que se encontraban en los pasillos, ya había avisado en un mensaje a David que no les acompañaría como de costumbre de regreso a casa, pues antes pasaría a ver a Eilen, y de allí, tras pasar un rato con ella, regresaría a la Casa Mayor a cumplir con sus deberes.

Una vez superada la prueba de atravesar la marea de todos los alumnos, –chocando con algunos de segundo semestre en el proceso–, se adelantó a la calle aumentando inconscientemente el ritmo de su andar. Siguió de la misma forma durante al menos diez minutos con sus audífonos puestos y su música favorita sonando; tal vez era de los chicos que ya estaban por extinguirse, ya que no conocía a muchos con sus mismos gustos, pero en realidad disfrutaba mucho de las melodías de guitarra, piano o incluso violín en algunas canciones.

Dió vuelta en varias esquinas, mirando a los lados en las avenidas o en los dobles sentidos hasta que pudo llegar a la calle de la casa. Tomó un respiro antes de girar una vez más en la esquina y posteriormente se apresuró cómo había estado haciendo.
Al llegar a la altura de las casas de sus amigos se quitó los audífonos, los guardó dentro de los bolsillos de su chamarra y continuó hasta su destino.

(...)

Al pasar por la puerta, su presencia era lo único que se escuchaba, cosa que lo extrañó; era una casa abandonada pero al menos la joven siempre estaba ahí haciendo acto en la vivienda.

—¡¿Eilen?! — Exclamó, llamando por ella

Después, subió las escaleras, un poco más rechinantes que la última vez que estuvo ahí; contempló la habitación donde la chica siempre se encontraba, esta vez rompiendo con la costumbre. Allí, frente a él, estaba su otra chamarra que le había dejado, doblada casi perfectamente y con un papel y un lápiz sobre la prenda.

Se acercó con cautela, agachándose a tomar el papel, era aquel que se había llevado la tarde que jugaron el juego de mesa de Lucas, el lápiz también le pertenecía.
Hubiera parecido un acto inocente, solamente regresando algo que se había quedado por error, sin embargo, Alex se percató que en el espacio en blanco había algo escrito, una letra pequeña pero bien trazada que no era parte de las anotaciones del juego para las que el papel estaba destinado. Su mirada se movía entre las palabras y entre más leía, sentía su pecho presionarse, la confusión aumentando y el miedo creciendo. Tomó su chamarra, guardó la nota y bajó con prisa las escaleras.

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