Capítulo 32

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Objetivos por cumplir

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Eilen quedó estática en su sitio a la vez que veía a un segundo Byron entrar en la escena; este nuevo sostuvo las prendas del primero con firmeza, arrugando la tela bajo su agarre.

—¡DIJE que vuelvas a TU forma!

—Oh vamos, ¿no es diver-

—¡YA!

El pecho del segundo subía y bajaba rápidamente, tomando la mayoría del aire por la boca. Unos segundos de silencio más adelante, quien estaba sostenido sonrió con burla, y tras hacer notar algunas irregularidades en su físico su estatura bajó casi unos diez centímetros, ahora su pelo era corto y platinado, y debido al ángulo en que Eilen lo veía, ella no alcanzaba a distinguir su nuevo rostro.

—Le quitas lo bueno a todo —Dijo él con disgusto —¿Puedes soltarme ya?

Después de dudarlo un poco y escanearlo con la mirada, Byron empujó al chico hacia atrás tanto que lo hizo caer de espaldas al suelo. Otro joven más salió de su escondite en el pasillo aledaño, reclamando al agresor su acción y al mismo tiempo acercándose a quien ya se levantaba furioso del piso.

—¿Qué hacen aquí?

—Aquí —Remarcó el platinado —Es más entretenido, no sé cómo no se te ocurre aprovechar bien tu habilidad

—Yo soy quien debe vigilarla, no ustedes, así que yo decido qué hacer con ella y qué no.

—¡Por favor!, te llevas mejor con la chica rubia que supuestamente tengo yo encargada, déjanos algo a nosotros

Cada palabra era de reproche contra el mayor, como si el joven frente a él realmente hubiera disfrutado de realizar su tortura, siendo Byron el aguafiestas del momento. En cuanto a él, casi podía notarse el fuego en su mirada; su voz, por el contrario, la caracterizaba un tono helado sin algún atisbo de felicidad.

—Deberías volver a tu lugar antes de que esa chica intente escapar otra vez. —Su cabeza se movió, viendo ahora al otro chico que había permanecido escondido —Contigo sólo haré una advertencia, podría notificarlo pero los dejaré irse... Y más les vale que sea ahora mismo.

El par se miró entre ellos y juntos avanzaron por el pasillo. Una vez que el muchacho que había cambiado su apariencia tuvo a Byron de espaldas, murmuró una mala palabra y siguió su camino.
El mayor quedó de pie en el mismo lugar, regulando su respiración con sonoras exhalaciones; minutos más tarde su voz neutra se dirigió a Eilen, quien hasta ahora sólo había sido una espectadora.

—¿Estás bien?

—Sí a haber llorado le llamas estar bien… —Respondió ella con ironía

—¿Qué te hizo ver?

Al principio la chica lucía sorprendida, pero luego recordó que de algún modo habían suplantado su identidad y de igual forma el uso de su poder, él sabía perfectamente cómo funcionaba y lo que podía hacer sin la necesidad de detenerse a preguntar.
Eilen se acomodó aún abrazándose a sí misma, jalando las mangas de su suéter hasta tapar sus manos por completo, tragó en seco y contestó la pregunta.

—A mis amigos... La noche que escapamos... —Tomó un respiro, soltando después una amarga risa —Y lo de mamá

Tras oír la última palabra, Byron se dió la vuelta bruscamente y empezó a caminar con pasos fuertes por el pasillo. Eilen intentó levantarse pero su cuerpo estaba muy débil, por ello, gritó el nombre del chico para llamar su atención, obteniendo sólo una mirada de vuelta hacia su persona.

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