Experimento C

Capítulo 46

El juez y el culpable

[•••]

¿Por qué?. Primero Eilen y sus discursos en la celda, ahora el tonto recuerdo de una chica sobre su amiga y Tyler riendo juntos; ¿por qué carajos le afectaba tanto?. Siempre que tenía una interacción o relación con alguno del par que le faltaba su mente se ponía en su contra, comenzando a crear enredos en sí misma que no le dejaban paz alguna para poder relajarse.

—Descubriste algo que te conmovió, puedo sentirlo

«Te dije cosas pero no asumas que me conoces Lilith ».

Mientras su cabeza continuaba soportando un tornado de emociones, Iker le seguía de cerca creyendo que se dirigía a la oficina de Moria a informar lo sucedido, pero no, el mayor quería encerrarse en el mísero cubículo de ese edificio al que llamaba habitación.

—Byron

—Cállate

Él, solo había pedido su ayuda por su poder, deshabilitar otros, y aunque perfectamente podría haber obtenido la información con su control mental, no quería abusar de ello. En su momento con Jacob no tuvo problemas, únicamente sacó de su mente lo que necesitaba para buscar la ubicación, tener una imagen en su cabeza y teletransportarse ahí, después, bastó con hacerlo olvidar lo sucedido.
En segundo lugar, había dejado ir a Iker como método de protección, ya que si iba con la intención de encontrar a alguien del grupo de Eilen, era seguro que usarían sus poderes para defenderse, y por su parte tenía que tener algo con que obtener ventaja en caso de ser demasiado, ¿qué mejor que llevando a quién podía hacer esas habilidades especiales inútiles?. Lo raro en cambio, había sido que la chica que se topó esa noche no hubiera hecho nada.

Sus primeros pasos en las escaleras al tercer piso iniciaron.

—Byron, ¿no irás con…?

Su mirada regresó al chico, tornando sus iris blancas, un escalofrío recorriendo su cuerpo.

—Esta noche nunca pasó.

Y como si nada, Iker reaccionó confundido, pero el responsable ya no estaba en las escaleras.

A veces tener su gema aún con él era un beneficio, podía irse de lugares en los que no deseaba estar ignorando a cualquiera, además de que aunque odiara admitirlo, Cassandra tenía cierta pizca de razón cuando dijo que él era el favorito de Jiklo, sin embargo, no creía que fuera por cariño a su persona, si no por lo que cargaba con él.

Ya en su cuarto, –constituido por una cama, un armario con pocas mudas de ropa y baño al lado–, se tumbó sobre las cobijas, tenía sueño, pero tampoco podría dormir hasta haberle dicho algo a su jefe. El padre de Tyler.
Sus manos se pasaron hacia su nuca, con dos dedos quitando la liga de su cabello y volviéndola a poner en su muñeca, comenzando a apretar su piel como de costumbre, recordatorio de lo que alguna vez estuvo en el mismo lugar y él como un cobarde se había quitado.

Los recuerdos de esa chica lo estaban carcomiendo por dentro, y si ella no hubiera dicho el nombre de su amiga nunca se hubiera enterado de que era parte del grupo. Eilen estaba con Tyler en una casa, junto a ella y dos chicos más; ¿ese era acaso el grupo grande del que había hablado tanto la menor?. No. No podían ser solo ellos, además, ¿en qué momento llegó Tyler ahí que Eilen no lo había visto aún?, sus palabras durante su estancia en la celda no parecían ser fingidas.
Aburrido, alzó su mano unos centímetros al techo, generando a la par de la energía una muy corta sonrisa en su rostro; adoraba la vista, pero no lo que conllevaba el disfrutarla, como había dicho, de no ser por la gema seguiría en casa en la comodidad de su cuarto original, quejándose de la tarea que ahora extrañaba hacer o los molestos juegos de su hermana.