Paz[•••]
Repararon en la hora un poco tarde, dándose cuenta de que habían sobrepasado el límite de tiempo que podían permanecer juntos al menos esa mañana. Sus recientes batallas dejaban como un rocío de lluvia un ambiente de competitividad amistosa. Podían marchar, sabiendo por ahora que estaban seguros.
Lucas y Evander fueron los primeros en retirarse, ya que al vivir unas calles más lejos, tardarían en llegar yendo a pie; sumado a que supuestamente estaban en el instituto y este estaba más cerca de sus casas, tenían que mantener su hora de regreso lo más normal posible. Después de ellos, era turno de los hermanos.
Desde que habían hablado en el jardín, Byron y Zack no dejaron de cruzar miradas casi cada minuto. El primero permanecía a la espera de una señal, teniendo la gema negra de vuelta era cuestión de aguardar el momento de escapar de manera discreta. Además, también se estaba preparando mentalmente. Cuando intentó con Jiklo Moria, un adulto, lo que ahora le pedían, todo de él terminó perdido. ¿Quién le aseguraba que no pasaría de nuevo? Pudieron haber sido los nervios, o la fobia de estar siendo amenazado con un arma directa a su rostro; lo único que ahora deseaba es que no hubieran más percances.—Sí, mañana
Alzó la vista al reconocer la voz de Zack despidiéndose, y por su lado, subió las escaleras tratando de pasar desapercibido, aguardando el sonido de la puerta para cumplir con la primera parte del plan.
Seguro, chirrido, click.
Al segundo siguiente, se encontraba en la acera delante de la Casa Mayor, atravesando la calle. El par seguía esperándolo, sin percatarse del farol a sus espaldas.—¿Nos vamos?
Vanessa soltó un grito ahogado por el susto, el cual a su vez provocó un respingo en Byron.
Zack se burló de su hermana, para luego iniciar la caminata por la calle.—Vámonos
Consideraron la posibilidad de ahorrarse la caminata gracias a la gema que iba con ellos, no obstante, el tiempo que ocuparían no sería consistente con el que hacían del instituto a su hogar. Su madre sin duda se daría cuenta de eso. Tomarían la ruta larga.
En el transcurso de vuelta a su hogar, Zack y Vanessa charlaban sobre la energía que la chica había logrado manipular en su mano durante su práctica en la Casa Mayor. No parecían preocuparse por oídos chismosos, pues era común que su camino estuviera reinado por el silencio cuando ellos no hablaban.
Zack molestó un poco a la menor con sus logros, ocultando detrás de burlas sus verdaderos comentarios similares a un: "Bien hecho".—Su pelea también fue un poco... intensa. Comenzaba a preocuparme por ti, honestamente —comentó ella hacia su hermano, mirando de reojo a Byron, quien caminaba detrás de ellos.
No podía disimular lo nerviosa que le ponía su presencia, de la misma forma que Byron tampoco podía ocultar que notaba esa sensación en torno a él.
—Por algo gané, ¿no? No hay nada de qué preocuparse
—Bien jugado —reconoció el otro joven.
—¿Jugado? ¡Tenía que aprovechar mi oportunidad contra ti! Lástima que ya estás de este lado, podría haberlo hecho peor
Se encogió de hombros descaradamente.
Vanessa le propinó un golpe en su brazo con reproche, lo cual desató la discusión más común entre ellos: si uno era muy brusco, si la otra respondía peor, y muchas más excusas que no daban tregua al contrincante en cuanto a su defensa personal.
Byron presenció todo con una sonrisa divertida, inclusive llegó a rodar los ojos con uno de los argumentos dados por Zack. ¿Todos los hermanos mayores sacaban las mismas acusaciones al discutir?
Una carcajada llamó la atención del par, llevando su atención de su correspondiente hermano, al más alto y su clara muestra de diversión.
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Experimento C
Teen Fiction«Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa» - Alfred Adler [•••] ¿Cómo sucedió todo esto? Sería un pensamiento constante. Eilen ha traicionado a sus amigos, o eso es lo que ellos piensan, ahora, tras dejar atrás e...