Capítulo 37

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Enredaderas mentales de amor

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La puerta de la vivienda se abrió desde dentro, dando la bienvenida a quien había sido invitado de forma exprés a la casa de al lado. Evander saludó a los padres de Lucas, luego, ambos jóvenes juntos subieron a la habitación, encerrándose allí por fin en paz.

—Es cruel que me hablaras solo porque estás aburrido

—Dí que no me fuí a otro lado

Agotado de hacer nada, el dueño del cuarto se tiró boca abajo en la cama, siendo secundado por el otro que se sentó apenas en el borde, viendo a su exagerado amigo con una sonrisa.

—Sigues sin hacer nada

—Pero al menos ya te arrastré conmigo

Tras quedar un rato en silencio meditando un tema de conversación, iniciaron de forma simple, acomodándose correctamente, hablando un poco sobre temas escolares y de allí, dejando que la charla fluyera por sí sola; futuros trabajos, proyectos, sus molestos compañeros o las absurdas anécdotas con sus amigos.
Más tarde tomaron un juego de mesa de una de las repisas, el cual, siempre los salvaba de momentos como ese. Lamentablemente la televisión estaba siendo ocupada por los adultos en la planta baja y usar la consola de videojuegos no era una opción a elegir.

Como todos unos abuelos, no tardaron en entretenerse con un juego acerca de adivinar películas, actores o series de televisión; la mayoría de aciertos se los llevaba Evan, sin embargo, con algo de trampas Lucas le pisaba los talones en el puntaje del marcador.
La música, –sonando desde el celular de Lucas– tampoco faltaba, algunas veces se atrevían a cantar desentonadamente las letras que conocían, acabándose el aire de sus pulmones en cuestión de segundos.

Un rato después, llegaron nuevas preguntas con un objetivo oculto por parte del interrogador. Avanzó una de sus fichas al tener una respuesta correcta.

—¿Cómo van con lo de teatro? —Preguntó de forma inocente

—Falta que nos autoricen lo que ya llevamos, pero si no fuera por Tyler, David ya hubiera ordenado que el sitio flotara.

Sí, Lucas había caído de lleno en la trampa del tema. Era hora de aprovechar para el mal su detector de mentiras.

—¿Tyler sí les ayuda? Pensé que lo tenían ahí como compañía o yo qué sé

—No, no, sí ayuda, si no le preguntas no habla demasiado pero contrasta mucho con Dav, es muy tranquilo y yo... —Ladeó la cabeza, indeciso en sus palabras —Ando ahí como a la mitad

—Entonces él está bien

—Sí

«Bastante... ».

Evan alzó ambas cejas y abrió los ojos, sorprendido, había planeado cosas pero no esperaba para nada una respuesta que se pudiera malinterpretar o que lo encaminara directo a lo que quería saber. Era de esos momentos captados en cámara –o en este caso en un pensamiento– que no olvidaría en su vida.

—¿Cómo que bastante? —Lucas levantó la vista del tablero como reflejo por la pregunta

—¿Acabas de...?

Evander se acomodó atento en la cama y con una de sus cejas aún arqueada, viendo con interés al otro y sus torpes reacciones. Lucas cubrió su rostro, fingiendo estar molesto con quien tenía enfrente.

—Decía bastante —Tomó un respiro antes de seguir —Pero por su carácter

Hubo un pequeño silencio expectante entre ambos chicos, Evan no se creía nada de lo que el otro decía, por lo mismo, no había desactivado el uso de su poder, y gracias a eso, la burla volvió.

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