Lo que perdimos[•••]
Idiotas... o quizá ingenuos. Solo con esas palabras podían describirse a sí mismos luego de lo sucedido.
En el pasado, habían enfrentado problemas que ahora lucían menores: El descontrol de sus poderes, problemas de desconfianza, viejos amigos enemigos, pero nada como la pérdida de alguien querido por todos. La muerte de Eilen podía sentirse en cada lamento y llanto de la Casa Mayor, por aquellos que no pudieron hacer nada al quedarse en casa, por quienes solo presenciaron la escena; o peor, por el que sostuvo el cuerpo de la chica mientras su vida se escapaba sobre sus manos, arrebatada por alguien de su misma sangre, igual a la que había impregnado más que solo el suelo de concreto en la bodega.
Una vez Byron alcanzó la puerta trasera, decidió que el lugar que encontrara serviría para aislarse del resto, sin tener que enfrentar a ninguna persona con los sentimientos que él no podía expresar aún. Al abrir con cautela, se topó de frente con la espalda de Lilith, quien observaba aparentemente calmada en dirección al cielo nocturno.
Sin otra opción que resignarse a la compañía, Byron intentó ponerse al lado de la joven para ver su expresión, encontrando una corta sonrisa que lo sorprendió. A continuación, imitó la postura contraria, tornando su mirada hacia el manto azul oscuro que cubría la Tierra con sus luceros.
—No sabía que... que te gustara mirar las estrellas —dijo, intentando evitar cualquier tipo de silencio.
—Podría decirse que es algo que me ayuda a estar tranquila.
Ambos permanecieron en sus posiciones durante unos minutos, sin ninguna palabra de por medio y gracias a eso las manos de Byron jugaban nerviosas en el interior de sus bolsillos. Pese a que su expresión no decía nada, no pudo evitar sorber su nariz, llamando la atención de Lilith, cuya intervención se realizó sin cambiar el curso de su mirada.
—Deberías estar con él
—No estoy listo
—¿Sabes de alguien que haya estado listo para la muerte de alguien?
Byron se tensó, sus uñas se encajaron en la piel de sus palmas, bajando la vista del cielo y recordando con un nudo en la garganta los dos momentos de su vida en las que lo contrario a ella se había presentado de frente a sí mismo.
(...)
—Mamá... Mi mamá murió ayer...
(...)
—¡¡Byron, hay que hacer algo, ayúdame por Dios!!
(...)
Lilith lo regresó a la realidad.
—Escucha, tal vez no entienda ni la mitad de sus sentimientos aún si usara mi poder, ustedes han estado juntos desde el principio, o no. Nadie esperaba... —se cortó al ver los ojos de Byron humedecerse —... lo... que pasó, pero no pueden quedarse para siempre como están... Estamos lejos de casa, yo incluida, y eso es algo que tenemos en común y me hace querer ayudar. Tú lo sentías algo así, ¿no?
Byron prefirió no seguir el hilo de la idea. Sus motivos no eran conocidos mas que por el malo de la historia, obligado a expresarlos en su estado de trance. Giró la cabeza a un lado, cruzando sus brazos con fuerza en su pecho. Sus labios comenzaron a temblar y sus dientes castañeaban, solo que no precisamente por el frío otoñal.
Lilith finalmente bajó la vista del cielo, enfocándose en la silueta del contrario, el cual pronto le devolvió también su débil mirada.
—Deberías ir a hablar con el amigo que te queda.
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Experimento C
Teen Fiction«Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa» - Alfred Adler [•••] ¿Cómo sucedió todo esto? Sería un pensamiento constante. Eilen ha traicionado a sus amigos, o eso es lo que ellos piensan, ahora, tras dejar atrás e...