Capítulo 76

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Jóvenes especiales

***

Era medianoche y Tyler aún no podía conciliar el sueño. Quizá se debiera a los ronquidos provenientes de alguno —o algunos— de los que descansaban a su costado, o por otro lado, por algo más serio como el miedo a lo que daría comienzo en tan solo unas horas. Estaba listo para cualquier cosa, así como no lo estaba para siquiera poner un pie en ese lugar de nuevo.
De cualquier forma, sabía que no era el único gracias al espacio vacío entre las cobijas, y a que había escuchado el momento en que su amigo dejó ese refugio de personas para intercambiarlo por un poco de caos. El sonido irregular de las gotas de lluvia contra las ventanas continuaba presente, aunque no tan violento como lo era durante la tarde. Rayos iluminaban la estancia cada cierto tiempo, seguidos del estruendo de un trueno que muy en el fondo lo hacía sobresaltarse.

Se incorporó con excesivo cuidado y caminó hacia las escaleras. Si quería ir a verlo en donde sabía que estaba, primero tenía que asegurarse de que a ninguno le diera un resfriado por esa decisión.

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.

Con un par de minutos de búsqueda consiguió un suéter y un abrigo extra, siendo este último unas cuantas tallas más grandes que la propia.

—¿Tampoco puedes dormir? —preguntó al salir por la puerta del patio trasero con su prenda cubriéndolo hasta la cabeza; aunque la barrera que el otro mantenía sobre la suya hacía que su gorro pareciera insignificante.

Byron tornó su atención hacia él, sin inmutarse o decir algo por su llegada.

—Toma

Observó el abrigo que le extendían, solo así percatándose de que se estaba abrazando a sí mismo, y de que sus zapatos se sentían húmedos tras haber pisado el césped durante tanto tiempo.

—¿De dónde lo sacaste?

—Del armario de Alexander. No digas nada, por favor.

Byron sonrió y aceptó el obsequio.

—Nunca pensé en darle ese uso —señaló Tyler, llamando su atención de nuevo y mirando la capa translúcida que se cernía sobre ellos.

—Se me acaba de ocurrir

—Es genial

Compartieron la misma corta sonrisa y se recargaron en la pared. Al menos los abrigos los protegerían del frío, así como de que este no se colara entre los poros de su piel; aunque no podían decir lo mismo de sus pesares.
Byron intentaba encontrar el destello de una estrella rebelde que se asomara entre las nubes grises, las cuales habían hecho su tarea imposible desde que empezó. Tyler imitó su acción, solo que sin saber realmente el significado detrás de esta.

—Falta algo...

La respuesta llegó de inmediato. Casi como un reflejo.

Ya no va a volver

Y de pronto decirlo, a pesar de ser solo un débil murmullo, sonó a tener que asumirlo en la realidad.
Habían estado tan ocupados en peleas, locuras y reconciliaciones que pasaron por alto el duelo de la pérdida. Lo habían ignorado, tanto ese recuerdo como los de su pasado. Las gotas seguían cayendo contra la barrera en sus cabezas, aunque por instantes parecían atravesar aquella protección y alcanzar a caer en sus hombros, sobre su cabello o sus rostros. Coincidieron en una mirada de reojo, la cual les llevó de regreso a casa solo por un momento, siendo cómplices de travesuras, bromas pesadas entre sí y para su tercera integrante, o simples juegos durante los recesos que pasaban juntos.

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