Experimento C

Capítulo 79

Reorganización.

[•••]

Siendo realistas, ¿quién podría haber estado preparado para un día como ese?
Dentro del cuarto de servicio, a unas puertas de distancia de la bodega en llamas, Alexander y Lucas se encargaban de vigilar el estado de Zack, quien poco a poco volvía a tener una temperatura corporal estable. Vanessa estaba sentada a su lado, y David y Evander eran la compañía a la vez que mantenían su atención en cualquier intervención externa.

—Se nota que estamos jodidos

—¿Evan? ¿Todo bien? —se burló David. En un día normal, él era el responsable de ese tipo de comentarios.

—Sí, nada más no le digan a Roly que dije eso o dirá groserías sin yo poder regañarla con propiedad.

Sonrieron, porque las risas no estaban permitidas en tal ambiente. Miraron a Zack. Lucas había asegurado que su pulso volvía a percibirse intermitente —comparado con una estadística que había hecho revisando a los demás—.

—Al menos se le ve mejor…

—¿Dicen entonces que el imitador lo usó a él como disfraz? —preguntó Vanessa, jugando con el cierre de la chamarra de su hermano.

—Sí —contestó Alexander —. No les tengo nada en contra, pero solo parecía mencionar como prioridad a los de las gemas y no a ustedes.

—Ni lis tingi nada in contra. Convéncete —intervino David.

—¿Zack?

Fueron atraídos por la insinuación de Evander. Su mirada estaba atenta a los movimientos del chico, así como ya lo estaban todos los demás a su alrededor. El aire en el cuarto pareció hacerse menos denso cuando notaron que estaba abriendo los ojos y evaluando su alrededor. Vanessa no pudo evitar conmocionarse, abrazándolo al instante y comenzando a sollozar como había hecho unos minutos atrás.

—Ey… —saludó, con una voz más ronca que su usual en las mañanas.

Una de sus manos se alzó para acariciar el cabello de su hermana, extendiendo una sonrisa en su rostro, aliviado de que estuviera bien. Sus amigos tampoco eran la excepción.

—¿Se quedarán mirándome como si me hubiera quedado paralítico o algo?

—Gracias… —interrumpió Lucas lo que sea que fuera a decir alguien más —..., por defenderme allá atrás.

Sus palabras fueron inesperadas tanto para Zack como para los demás, que no conocían los acontecimientos sucedidos en la bodega. Por lo mismo, se regaló un segundo de asimilación antes de contestar sinceramente.

—Estamos juntos en esto. Tenemos que seguir, ¿no?

Habrían deseado no tomar en cuenta esa verdad tan pronto.

—¿Cómo están las cosas?

—Todo bien por ahora, pero como ves, o no, aún nos faltan integrantes —respondió Alexander.

Por decisión unánime, decidieron asignarse un corto periodo de tiempo destinado a descansar. Para ellos, las manecillas del reloj parecían moverse hacia atrás, sin embargo, sus cuerpos necesitaban un rato fuera del campo de batalla con el fin de recobrar energía.
Después podían volver a la acción.

.

.

Estaban mudándose por segunda vez a un nuevo refugio —siendo este el cuarto más grande que habían visto en el primer piso hasta el momento—, cuando el sonido de una nueva voz los sorprendió al entrar.