Sin control[•••]
Al mismo tiempo…
Solo llevaba dos días fingiendo y ya estaba cansado.
Aquel día había actividad en el interior en cuanto a mover, crear y esconder artículos, y tanto a Byron como a sus “compañeros” los usaban de burros cargadores; o al menos a los que estaban dentro del edificio.
Desde que regresó de su encuentro con Tyler, para Byron se habían vuelto comunes ciertas acciones, como mover su cabeza para reacomodar su cabello sobre su rostro, jugar a jalar la liga en su muñeca, o, en vez de caminar, teletransportarse a todos lados para llegar más rápido y sin dolores de por medio que soportar. Sabía que tenía que mantener lo más posible las apariencias, al menos hasta recuperarse, y moviéndose constantemente de lugar gracias a los encargos sumado a estar en presencia de tantas diferentes personas, no podía permitirse estar tranquilo ni bajar su guardia en ningún momento. No sabía quienes podrían estar vigilando.
—Diga —Se obligó a hablar serio, atendiendo por casi quinta vez en el día.
—Al piso de arriba.
Asintió, en pocos segundos habiendo subido, bajado y guardado un total de catorce cajas con residuos en una habitación cerrada de la tercera planta. Regresó por última vez con la mujer, siendo notificado de que ya había terminado, por lo que sin decir nada volvió a su cuarto.
Era un ciclo conformado por ir, regresar, descansar y de nuevo tomar su rol en ese lugar. Luchó por mantener sus manos tranquilas antes de que por décima vez tuviera que mover su cabello, sosteniéndolo como si lo fuera a atar, y al final, dejándolo suelto como tenía que estar por el momento, soltando un bajo quejido molesto ante esto.
Se quitó de la muñeca su liga, pasándola a la otra mano por el dolor de haberla llevado allí bastante rato, dejando la ya conocida marca que reemplazaba lo que alguna vez tuvo en la misma posición. Hecho esto, tuvo que volver.Llegó a la segunda planta, caminando a paso lento por fuera de lo que eran laboratorios improvisados, almacenes, –algunos llenos y otros vacíos–, y pronto los dos cuartos con barrotes que había en esquinas contrarias del piso, originalmente destinados para guardar cosas, pero que por las circunstancias especiales habían tomado una función distinta.
Durante su recorrido, acabó cruzándose con Jiklo frente a su oficina, quien sin dudarlo le pidió llevar por él algunos materiales a otro cuarto del piso inferior.
—Con Leonor, por favor.
Le fue entregada una caja de cartón cerrada en la que dentro podían escucharse varios objetos de plástico, moviéndose mientras la sacudía. No era pesado. Tampoco tan liviano. Byron asintió nada más, usando el teletransporte lo más rápido que pudo para alejarse y llegar al cuarto que le fue indicado, uno más que se utilizaba como almacén de recursos.
Sin quererlo, soltó un suspiro y comenzó a recorrer el mediano sitio en busca de la persona que le habían mencionado recibiría la caja, en cambio, se cruzó de frente con alguien más, arruinado la paz que deseaba mantener.—¿También por aquí, Byron?
Su rostro se volvió de total indiferencia, prefería hacer todas las actividades que le estaban mandando a hacer, soportando su dolor de espalda y escondiendose que tener que ver a Cassandra.
—Quítate —Ordenó
—¿Me vas a obligar?
—Si no te quitas, sí
Al ver que no hacía nada, pasó a su lado chocando con su hombro a propósito, segundos después sintiendo a la chica seguirlo. ¿Qué más podía hacer?, había dicho que también estaba ahí así que solo serían unos minutos. Nada tenía que pasar.
Vió al susodicho Leonor acomodando más cosas con dificultad, su escaso pelo y las canas en su barba delataban su edad, por lo que apenas con un tono serio Byron avisó de su presencia y le entregó la caja que Jiklo le había dado, Cassandra hizo lo mismo pero con unas herramientas, al parecer llevadas ahí por petición directa del hombre.
Leonor se dirigió al chico, quedando quieto un momento antes de continuar con sus palabras y entregando un envoltorio con telas dentro en sus manos.
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Experimento C
Teen Fiction«Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa» - Alfred Adler [•••] ¿Cómo sucedió todo esto? Sería un pensamiento constante. Eilen ha traicionado a sus amigos, o eso es lo que ellos piensan, ahora, tras dejar atrás e...