Capítulo 23

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Dudando de la Luna

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La primera semana de evaluaciones había llegado, todos los jóvenes que se habían atrasado en la entrega de proyectos y productos finales ahora se esforzaban por conseguir al menos la mínima calificación de estos, y así, salvar su nota del primero de tres lapsos. Muchos no se preocupaban al ser sólo el inicio, pero otros sabían perfectamente que cada paso contaba para las notas finales del semestre, por lo que absolutamente nada se lo tomaban como "una" simple tarea o trabajo.
Al mismo tiempo, se encargaban de estudiar para los exámenes que aún les esperaban en ese y los dos días restantes de la semana, sumados a los de la siguiente… Definitivamente una tortura total.

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Durante el receso, esta vez los cinco chicos que estudiaban juntos lograron reunirse como hace mucho tiempo no lo hacían. El sitio era el de siempre: Aquella vieja sala de profesores donde al menos para tres de ellos, todo el conflicto había dado inicio.
Mientras "desempacaban" la comida que habían traído, –unos de la cooperativa y otros de casa–, las preguntas triviales daban comienzo, seguidas de burlas por los pobres que aún traían sándwiches de almuerzo como hacían a sus doce años. La verdad es que aún les gustaba mucho esos aperitivos y los comentarios los tomaban más como un juego entre ellos, nada personal.

La conversación dió seguimiento esta vez con Vanessa, luego de darle un bocado a su hamburguesa mal preparada por parte de la cooperativa del instituto. Ni siquiera podía creer que cobraran tanto por algo que sabía tan mal.

—¿Les toca algún examen entrando?

—Desgraciadamente Historia Universal —Contestó David, pasando sus manos a su nuca, subiendo los pies a la mesa y tambaleándose en la silla que ocupaba

—Y apuesto a que no estudiaste

—¿Estudiar? ¿Eso para qué? Yo lo que hago es tener cien por ciento fé

Alexander rodó los ojos, divertido, conocía bien a su amigo y sabía que para nada era de los tipos de alumnos que se sentaban a estudiar para los exámenes. Siempre pasaba con notas promedio al igual que la mayoría de ellos, ni muy altas o muy bajas, en cambio por ejemplo, Evander era quien se consideraba como el inteligente del grupo.

Un leve quejido de Zack le devolvió a la realidad, al parecer, había estado jugando con una bolita de fuego entre sus dedos  para presumir y al haber perdido la concentración por culpa de Roly, aquella bolita le había quemado la mano, generando unas risas en todos menos en el afectado.
Recordó un poco las últimas prácticas que había tenido, ya sea individualmente o con David, que terminó por convencerle un día de tener aquella "pelea" de su poder contra la electricidad. Había tenido algunos problemas de por medio, como seguir lastimándose las manos al no terminar de aguantar los toques en su piel, pero fuera de ello había salido bastante bien, debía admitir que sí necesitaba un poco de ayuda… La cual se supone que Eilen traería…

En la reunión del fin de semana no habían podido llegar a una conclusión concreta, la mayoría estaba de acuerdo con el hecho de que no confiaban en la seguridad que esas "otras personas" llevarían al grupo, en caso de que Eilen consiguiera traerlas, pero sí aceptaron que tenían una pequeña esperanza en ella.
Evander también había dicho claramente –cosa que a Alex hizo sentir aliviado esa tarde– que el grupo parecía fijarse más en lo que Eilen había hecho y no en quien era antes de saber todo; una amiga más. Lucas había intentado sabotear la confianza que habían planteado anteriormente, sembrando más dudas sobre la misión que la joven había tomado, pero las mismas palabras que Alex había dicho con David en la habitación, las recalcó en ese preciso momento: Eilen no tenía nada, casa, dinero o algo para ella, no conocían la razón ni el cómo había sobrevivido sola, pero al irse, se había arriesgado demasiado en general. Si lo había hecho, ella sabía lo que hacía y al final podía resultar favorable para todos.

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