Capítulo 48

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Las raíces de la batalla.

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Minutos Antes

Lucas y su madre intercambiaron algunos gritos desde el cuarto del menor y la sala de casa, ambos extrañados al escuchar un desplome en lo que pareció ser su misma calle. Hasta ese momento, el joven se dedicaba a realizar sus deberes del instituto en cama mientras que la mujer ordenaba algunos papeles del trabajo, debido a esto, con un nuevo grito ella le pidió a su hijo revisar por la ventana del piso de arriba si es que desde ahí se podía ver lo sucedido.
Bien sabía Lucas que ella era una madre, y por lo tanto se enteraría de –casi– todo lo que ocurría, así que resignado hizo caso a su petición, no sin antes acomodar sus cosas sobre la cobija para que no se resbalaran al piso, después, hizo su camino hasta el balcón en la habitación de sus padres, observando desde ahí apenas un pedazo de la cuadra sin notar nada sospechoso, incluso el que ninguna otra persona estuviera afuera revisando o dando una señal de emergencia se le hizo raro, sin embargo no dió más vueltas al asunto y al volver a meterse a casa explicó todo a la mujer con gritos amistosos.
Cuando ya no tuvo respuesta, regresó a su habitación y volvió a tirarse en cama, continuando así su planeación con respecto a un discurso que daría para una próxima exposición.

Un par de minutos después, la pantalla de su teléfono se encendió por sí sola, mostrando en la bandeja de mensajes el recién enviado para él.

Evander - Casa en ruinas, ahora

Lucas se mostró confundido, ¿casa en ruinas?, ¿por qué Evan quería hablar en ese preciso momento y en ese lugar?. Intentó ignorar el texto pero su télefono volvió a encenderse una vez más.

Evander - Sal ya!!

Muy bien, definitivamente era importante, ¿pero cómo carajos iba a salir de su casa a media tarde con tarea pendiente y su madre abajo?. Contestó con un simple “Voy” antes de dejar sus útiles sobre el escritorio y salir lentamente por la puerta, creando ya una excusa en su cabeza mientras bajaba las escaleras.

—Voy a comprar a la papelería. —anunció a su madre al pasar frente a ella.

—¿Llevas dinero? ¿Qué vas a comprar?

Asintió en respuesta a la primera pregunta aunque la mujer no lo estuviera viendo directamente al rostro, luego agregó cualquier artículo que algún estudiante necesitaría para una exposición, por último se acercó a la puerta y sin dudarlo más tiempo salió de casa, caminando por la calle hasta encontrar al otro chico, de pie a unos metros de la casa en ruinas donde lo había citado.

—Fue ahí dentro

Lucas detuvo sus pasos de manera abrupta, poniendo cara de desentendido. Evander tuvo que continuar con un no tan común tono en su voz, bajo y tembloroso, sus manos estaban inquietas dentro de los bolsillos de su sudadera.

—El ruido, lo que se escuchó, no jodas que no-

—Sí lo oí —interrumpió como si no fuera obvio —¿pero cómo estás tan seguro?

—Lo comprobé yo mismo, sé quién está ahí y no es para nada bueno. Pero necesito que vayas conmigo.

Una sensación de intranquilidad comenzó a molestar el cuerpo de Lucas cuando su amigo le habló de aquella forma, pero sin darle tiempo para preguntas, lo siguió con su misma prisa hasta llegar a la construcción. Las ventanas permanecían igual, inexistentes y con los espacios suficientes para vigilar hacia el interior, no obstante lo que encontró era peor a un corto “no es para nada bueno”, que Evander había expresado con anterioridad.
Desde sus perspectivas, hallaban de espaldas a un chico alto, quien tomaba a Tyler por el cuello de su ropa, sin embargo sus ojos cerrados parecían dejar salir unas cuantas lágrimas. ¿Tyler estaba llorando?.

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