¿Me creerías si te dijera que el hilo rojo no es lo único que destina a dos personas?
En una localidad al sur de Francia. En la década de los ochenta, vive Lily Diallo una joven con el sueño frustrado de ser escritora. Todos los meses compra un nuev...
«He venido porque creo que sí, me he equivocado muchas veces en mi vida, y me doy cuenta de que me equivoque al no esperar más tiempo», «He venido porque me equivoque de lugar, no, en realidad necesitaba saber de ti», «He venido porque te echo de menos» o, «Porque tú y yo seguimos siendo tú y yo, sin importar quien, ambos volvemos a nosotros. Yo a ti, sobre todo».
En realidad, Lily no tenía idea de que saldría de su boca, pero era una realidad sin confusiones que ella quería verlo y preguntarse si todo estaba bien con él. Necesitaba estar cerca y escucharlo respirar, ver que estaba parado y vivo. Verlo no perderse y saber que, aunque ella sabía el daño que le había provocado no lo había hecho caerse. Lily necesitaba ver a Martín porque se sentía responsable de que todo lo que a él le doliera era su culpa.
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