Ahora sí.

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Daiana.

Llego a la casa cansada y lo bastante tarde como para no ver a nadie. Entro en silencio con algo de torpeza.

Luego de salir de las residencia de Javier, fui directo a un bar y bebí cerveza hasta que me sentí mareada. No soy de enfrascarme a beber cada que algo me pasa, pero en estos momentos estaba sola y no tenía con quien hablar, así que opté por beber algo para tranquilizarme, y en algún momento me sentí relajada, pero ya luego llegaron todos los problemas multiplicados por dos, y ese es el inconveniente de beber licor antes de arreglar la situación. Terminas empeorándolo todo.

Camino con todo el cuidado que pueda para no tropezar con algo, pero en verdad que estoy muy mareada. Camino por el pasillo de las habitaciones pasando con cautela la de mi mamá agudizando mi oído, y noto que duerme. Luego, voy con cautela a la de Andrés y me fijo que mi hermano habla con alguien.

Pego mi oído a la puerta y logro escuchar con más precisión.

_ No, mamá no sabe nada de ella, pero en la mañana vino Yuli y nos dijo que había hablado con ella - se genera una pausa y me planto más a la madera de la puerta, pero no logro escuchar con quien habla -... no, no le dijimos nada, pero dijo que aún sigue muy cabreada... perdón. Sí, lo sé. Molesta. Dijo que aún sigue molesta pero que espera que con lo que le dijo se pudiera calmar.

¿Con quién carrizo está hablando mi hermano de mí a esta hora?

_ Pero igual sigo preocupado. No contesta las llamadas y mamá está muy mal. He notado que le tiembla el labio y tuvo que tomar algo para dormir, el dolor de cabeza la estaba venciendo.

¡Oh no!

¡Mi mamá!

Mi corazón se estruja y me comienzo a odiar por hacerla sufrir así. Me encasillé tanto en mi molestia que no me fijé en como reaccionaria ella, la cual es un paciente de ACV que podría repetirse a causa de una emoción fuerte.

Cierro mis ojos y me lamento.

_ ¿Y si salimos a buscarla? - vuelve a quedar en silencio y lo escucho suspirar - Vale, esperaré... ok, te aviso si llega. Gracias por estar al pendiente. Feliz noche.

Lo escucho colgar. Me aparto de la puerta y saco mi móvil. Lo apagué desde que salí de la clínica y no quise encenderlo más.

Me devuelvo a la entrada y abro la puerta con cuidado, pero esta vez la cierro con un poco más de fuerza para que Andrés me escuche. Y como predije, mi hermano sale de volada de la habitación hasta el recibidor. Su cara es de pura preocupación y yo me vuelvo a lamentar por como los hice sufrir.

_ ¿Dónde estabas? Te hemos llamado y no respondías. Hemos estado preocupados desde la tarde que no llegaste.

Suspiro dejando caer mis hombros. Es difícil molestarme con él y más al verlo tan protector conmigo.

_ Necesitaba despejar la mente y quería un momento para mí - lo veo queriéndose indignar al arrugar su entrecejo -. Sé que estas molesto, y yo me sentía igual, pero entiende que necesitaba esto para drenar la rabia y poder venir sin ella encima.

Relaja su mirada y luego la baja.

_ Te guardamos cena, ¿quieres que te la caliente?

Le sonrió tiernamente y voy hasta donde está. Lo cubro con mis brazos estrechándolo con fuerza a mi pecho depositando en su cabeza y frente suaves besos.

_ No te preocupes, ya comí...

_ Pero mamá la preparó especialmente para ti - se aparta observándome fijamente -, y no sería justo que amanezca ahí.

Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora