No te apartes de mí.

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Se me hizo casi imposible convencer a mi madre de que me dejará ir. Por último le pedí que me entendiera y que no se preocupara. Roger intervino, asegurándole que estaría conmigo y no me dejaría sola, y le creo. Roger se instalará en mi departamento y me tocará compartir espacio con él.

Salgo de la casa de mi madre con ella pegada a mí. Curro se despide pero no se dirige a Roger, y eso me molesta, ya que tiene un problema de mal carácter siendo tan pequeño, pero se la vive admirando a Fabián, así qué, ya sé de quién lo está sacando.

Llego cerca de la camioneta y Roger me extiende su mano para subir con cautela.

— ¡Daiana! —Me detengo en seco al escuchar esa voz.

Me giro a un costado detallando a Maxi, quien avanza a mí, pero Roger se interpone frenándolo.

—Da otro paso y me veré obligado a neutralizarlo —amenaza Roger.

—Roger, es un amigo…

—Repito: da otro paso y no respondo ante lo que haga —ruge y yo niego molesta.

—Ok. No me moveré, solo quiero saber si Daiana está bien, y saber si puedo hablar con ella.

Ladeo mi cabeza divisando a Maxi, y de verdad que su cara es de total preocupación.

—Maxi, estoy bien. Cuando recupere mi número, te escribiré —hablo regalándole una sonrisa amena—. Ahora no puedo hablar mucho…

—Así qué, lárguese —vocifera Roger.

¡¿Pero éste hombre se tragó a Fabián?!

Maximiliano le arroja una mirada de desprecio retrocediendo.

—La situación con mi hermana ha empeorado —me informa Maxi y yo me preocupo—. Al enterarme de lo que te sucedió, viajé de inmediato, pero debo partir pronto ya que no quiere estar sola. Solo te pido que no dejes de comunicarte conmigo, por favor.

Se gira y emprende su marcha a la camioneta y a estas alturas me siento terrible.

Agatha, la hermana de Maxi, le diagnosticaron leucemia. Desde su diagnóstico, Maxi no se ha separado de ella, y quería verlo para poderlo animar un poco, pero con la situación que estoy viviendo, más Roger siendo tan sobreprotector, se me es imposible hablarle, y ahora que me dice que el estado de su hermana empeora, me carcome mucho más.

Maxi se marcha y Roger se relaja virándose. Me extiende su mano y yo niego molesta.

—No tenías que ser tan grosero con él. Pudiste dejarme hablarle.

Abre la boca para defenderse, pero me giro ignorándolo en lo que subo a la camioneta sola.

Nos encaminamos a mi departamento y me mantengo callada en el trascurso del viaje.

—Pensé que solo salías con él —musita intentando que hable, pero sigo ensimismada—. Hace días fue a la clínica y se presentó como tu pareja.

—Salimos por varios meses, es obvio que piense eso si ya manejábamos bastante confianza.

—No estoy de acuerdo con eso. Debe ubicarse en lo que es.

—Roger, aun no entiendo por qué tengo prohibido hablar con los hombres de mi entorno pero no con las mujeres —lo miro con sigilo.

—La persona que te persigue es un hombre…

—La persona que me persigue es Caleb Colombi. No lo es; Maximiliano Rissi ni Fabián Aristiguieta. ¿Será que me dices lo que pasa realmente?

Niega en lo que maneja y yo no insisto.

Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora