Me destruyó.

308 26 13
                                    

Estoy en casa, recostada en mi cama con mi pierna derecha apoyada en dos almohadas. Mamá aún no ha llegado y mi hermano sigue en clases.

Andrea me preparó un jugo y me tomé el analgésico que me recetó la doctora. Adrián se encuentra sentado en un puff frente a mí, y Andrea está en la cama sentada intentando acomodar las almohadas.

—Victoria está en camino con el resto del medicamento para que no tengas que levantarte.

La observo y creo verle una areola de luz en su rostro. Hay algo en ella muy inusual, y creo que el embarazo le está sentando muy bien.

—No debiste ocuparla, y menos si estaba trabajando.

—No te preocupes —sonríe enderezándose—, para Victoria fue la excusa perfecta para salir en carrera y no trabajar más por hoy.

¡Y le creo!

Observo a Adrián y me sacudo.

— ¡No los he presentado! Adrián, ella es Andrea, es una de mis tres mejores amigas —Andrea se gira y le sonríe—. Andrea, él es Adrián, es colega en la clínica y es un gran amigo nuevo.

Ambos se saludan y siento la calidez.

Luego de unos minutos charlando del aura de Andrea con el embarazo y de cómo es que su rostro carga un brillo inusual, Victoria llega hecha un manojo de preocupación, yéndose encima de mí al momento de verme en cama con la pierna elevada.

Le comento sin mucho detalles sobre mi caída y observo como Victoria mira a Andrea de reojo.

—Ya no ando molesta. Tranquila.

Les sonrío pero aun así ellas se mantienen serias.

—Victoria, él es Adrián, un nuevo amigo de la clínica en la que trabajo —señalo en la dirección de Adrián y Victoria gira su cuello.

Adrián sube su mano y la agita en el aire con una sonrisa amena en su rostro.

Victoria se vuelve ignorándolo.

— ¿Ya le contaste todo? —Victoria se dirige a Andrea y ésta baja la mirada.

Estaba por darle una reprimenda a Victoria acerca de su comportamiento, pero esto me deja sin habla.

—Aun no —a duras penas suelta Andrea.

Tiemblo por la incertidumbre. Me estoy debatiendo fervientemente sí: perdierles explicación, o mejor no saber nada que me pueda lastimar aún más.

—Deberías contarle...

—No estoy segura si quiera saber —le interrumpo a Victoria.

Ambas me miran atónitas. Adrián está en mutismo por no entender nada.

—Daia, somos tus amigas, y nuestro deber es estar contigo y contarte todo —Andrea sostiene mis manos con ternura—. Mi mayor error fue ocultarte información, y quiero remediarlo.

Respiro profundo cerrado los ojos y asentando en aprobación.

—Te escucho.

—Hace más de un mes que regresó, pero no más fue a la oficina hace dos semanas.

Analizo y recuerdo que, hace dos semanas tenía la consulta médica, y al salir, me fui a comer con ella. Luego, la acompañé hasta la entrada de la empresa y esperamos ahí.

—El día que se frenó frente a nosotras en el R8...

—Tenía apenas días —me interrumpe Andrea. Tomo aire y suelto—. Sé muy poco, pero toda decisión que toma, lo hace en base a... bueno, a esa chica.

Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora