Hola hermos@s. Espero estén súper.
Este capítulo está dedicado a rubioangeles. Amo tus comentarios y el que estés tan presente en cada capítulo. Espero lo disfrutes.
. . .
Hemos salido de la mansión aun con la lluvia haciendo estragos, pero eso no frenó en nada a Alexaider, quien no me ha dirigido la palabra. Baja con sumo cuidado ya que la carretera está muy mojada.
Ya vamos a mitad de camino en la colina y la lluvia ha disminuido. Aun no dejo de pensar en todo lo que ocurrió hace unos minutos atrás, y mi piel se enchina. Estoy casi segura que si hubiéramos seguido, a esta hora estaría desnuda encima de él siendo embestida…
Me vuelvo a estremecer de solo pensar en eso, ya que en verdad lo deseaba demasiado, aunque en ocasiones me confundí pensando en algo.
Llagamos a la salida de la colina y nos vamos en carrera a la ciudad. Esta vez aumenta la velocidad y yo me sujeto con fuerza a él. El frio recorre mi cuerpo entero por lo empapada que estaba de pies a cabeza.
Al llegar a la zona sur de la ciudad, ingresamos por la vereda principal que da a las calles del urbanismo. Llegamos a mi calle e ingresamos…
Mi corazón da un vuelco enorme al enfocar la camioneta de Maximiliano estacionado frente a la casa, y a él cruzado de brazos recostado en ella.
Ya es sumamente tarde, ¿Qué hace fuera de la casa?
Está esperándote, tarada.
Alexaider se estaciona a unos metros tras de la camioneta y yo desciendo con el corazón a mil por hora. Trago con dificultad al observar que Maximiliano me enfoca y se endereza bajando sus brazos.
¡Me reconoció!
Siento como me sostienen del casco enderezándome y los dedos fríos de Alexaider me sostienen de la parte baja del cuello, removiendo el seguro de las correas. Es un momento súper incomodo ya que no sé qué excusa le diré a Maximiliano de toda esta locura.
Me extraigo el casco con velocidad entregándoselo a Alexaider.
—Feliz noche —suelto fingiendo estar tranquila—. Hasta mañana.
Sonrío y me giro en dirección de Maximiliano, quien me observa con ojos abiertos de par en par. Está perplejo.
Intento acomodar mi cabello y al pasar la mano por mi rostro, noto que esta pegoteado por el dulce.
¡Carajo!
¿Cómo no lo noté?
Maximiliano avanza y nos detenemos a una corta distancia. Me desespera no escuchar el rugido de la moto en señal de marcharse y Maximiliano dirige su mirada a Alexaider.
No quiero ni voltear.
—Tuve una reunión, y hasta hace poco salimos…
— ¿Quién es él? —Espeta el italiano sin quitar la mirada de Alexaider, que aún no se marcha.
—Es mi jefe —eso salió con algo de temblor en mi voz—. Se ofreció a traerme, ya que se nos hizo tarde…
— ¿Tu jefe? —Remarca eso con mucha potencia.
Deja de observar con odio a Alexaider y me encara.
— ¿Ya viste en el estado en el que te encuentras?
Coño.
Coño.
¡Coño!
Llevo mis manos a mi cabello y al rostro.
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Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]
RomanceDaiana Cárdenas es ahora una psicóloga certificada. Se ha graduado con honores de la universidad y ha encontrado trabajo en una prestigiosa clínica experimental. Su vida, a un año de la separación rotunda y forzada con Fabián Aristiguieta, se ha vue...