Todos lo saben menos yo.

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Espero estén preparados para este capítulo de infartooooo.

Disfrútenlo... Jejejejejej.

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La sensación que experimento ahora es similar a la del suspenso que se siente en una escena de una película de terror; cuando quitan el audio y se espera a que ocurra el desastre, para luego colocarlo con fuerza nuevamente y hacer saltar a los espectadores. Bueno, ahora estoy esperando el sonido estrepitoso para poder brincar y salir en carrera.

Trago con dificultad y me giro con algo de prisa. Y ahí, dentro de la cabina del ascensor, esta él.

Esos ojos celestes intensos. Esa melena de león peinado perfectamente hacía atrás. Esa figura de dios nórdico que lo envuelve aquel traje de pantalón negro con una camisa a botón blanca que lo hace lucir elegante e imponente. Esa cicatriz en su mejilla derecha que lo hace ver tan delirantemente sexy, y esa mueca de... ¿Asombro? Sus ojos están abiertos de par en par mientras veo como su manzana de Adán sube y baja tensionando su mandíbula.

Mi corazón se detiene dolorosamente al percatarme de la joven pálida de cabellos castaños y mirada aterrada que se encuentra a un lado de él con un gafete colgando de su cuello que la representa como empleada. Me fijo que él intenta meter algo entre los bolsillos de su pantalón, pero aquello cae haciendo un sonido, que es el que me hace respingar del susto al notar que se trata del, porta agujas...

Lo miro fijamente y veo como cierra sus ojos haciendo una mueca fina con sus labios...

Es su portadora.

No puede esto ser cierto.

Se me escapa una risa, y no en gracia. Estoy nerviosa y así es como reacciono ante esto. Doy un paso atrás y lo veo abrir sus ojos... las puertas del ascensor intentan cerrarse pero él se interpone colocando ambos brazos para abrirlas mientras me observa. Doy otro paso atrás tragando con mayor dificultad.

— ¿Qué haces acá? —Su voz gruesa y crepitante me deja temblando.

Niego y me voy en dirección a las escaleras. De reojo veo su mano queriendo alcanzarme, pero soy rápida y lo esquivo adentrándome al pasillo. Sergio corre y lo sujeta con fuerza. Me giro y veo la escena. Sergio está interponiéndose mientras Fabián lo empuja con brutalidad. Doy un paso en su dirección, cuando la joven que lo acompañaba en el ascensor llega a mí detallándome de pies a cabeza.

—Tu entrada está prohibida en este edificio —musita llegando a estar frente a mí y noto que somos de la misma estatura—. ¿Quién te dejó ingresar?

Sus palabras me dejan en jaque. El sonido de un golpe en seco me hace respingar. Sergio retrocede y veo como todo su cuerpo se agita ante el atroz puñetazo que acaba de recibir.

— ¡Apártate! —Gruñe aquella bestia a Sergio

— ¡Cálmate! —Sergio bufa.

Intento avanzar para ayudar a Sergio, pero la joven se interpone firmemente en su postura.

— ¡Daiana, debes irte, ahora y no volver nunca más! —Demanda la mujer avanzando queriéndome pasar por encima. Retrocedo.

¡Sabe mi nombre! ¿Cómo?

Andrea llega con rapidez a mí sosteniéndome del brazo y apartándome de la joven. Ambas quedan de frente con una obvia diferencia de estatura.

—Con ella no debes hablar —increpa Andrea furica—. Recuerda tu lugar aquí.

La joven agacha la mirada. Andrea se gira sin soltarme y comienza a bajar conmigo arrastras por las escaleras.

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Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora