Hoy por ser mi cumpleaños, publicaré un capítulo extra, y publicaré el capítulo que tanto ansiaban.
Disfrútenlo mis niñ@s.
PD. No superó esa frase 😭😭😭😭😭
. . .
Fabián.
Tiempo: Cuatro semanas atrás / Departamento de Fabián por la mañana.
Abro los ojos y mi vista viaja a la ventana. El sol aun no sale y yo ya no concilio el sueño.
Desde hace meses que no duermo bien... o mejor dicho, que no duermo nada.
Me giro evitando la ventana y me enrollo en una prenda que me ayuda a conseguir algo de paz. La cual perdí hace mucho.
Luego de algunos minutos y ver el sol salir, escucho el rechinar de la puerta contigua y me aferro con más fuerza a aquella prenda.
Hoy es uno de esos días en donde amanezco queriendo mandar todo al carajo y hacer lo que me pida esta condición de mierda.
Me levanto por fin y camino con cautela hasta el tocador y lavo mi rostro.
Observo mi reflejo y determino la cicatriz en mi costado derecho que me quedó del accidente hace más de un año. He logrado poderla ocultar, pero ya me molesta hacerlo, así que opté por dejarla visible. Paso la mano por mi cabello y me molesto aún más.
Voy en dirección a la ducha desnudándome por completo. Me estoy algunos minutos bajo la regadera con agua fría sin moverme. Intento poder enfriar mi cerebro y mis emociones para evitar no cometer más errores, pero me es inútil. Y más cuando mi piel intenta buscar alguna caricia de alguien que me abandonó hace mucho.
Bufo encabronado. En verdad que hoy amanecí con ganas de mandar todo a la mierda y...
Sacudo mi cabeza y salgo de prisa.
Voy en segundos al armario desnudándome nuevamente y quedando con la toalla en mi cabeza para secar mi cabello. Busco un traje sobrio y me lo coloco en tiempo record.
Salgo de la habitación percibiendo el olor a café recién colado por la mañana y la sensación es única. Camino hasta llegar al mesón y la determino de espalda: lleva un camisón lo bastante largo como para llegarle hasta las rodillas. Su cabello es castaño y le llega hasta la altura de sus codos, y su estatura es diminuta.
El solo verla de espalda hace que algo en mí se refresque y apacigüe. Tomo asiento y la chica se gira enseguida. Llevo mi mirada al mesón en segundos.
—Muy buenos días, señor —la escucho reír extendiendo una taza de café y yo la recibo—. Espero haya tenido una bonita noche.
Asiento sorbiendo de la taza saboreando el exquisito café y llevando mi vista por segundos a su rostro. Luego de unos instantes, su sonrisa y su voz se me hacen tranquilizadoras y calmas.
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Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]
RomanceDaiana Cárdenas es ahora una psicóloga certificada. Se ha graduado con honores de la universidad y ha encontrado trabajo en una prestigiosa clínica experimental. Su vida, a un año de la separación rotunda y forzada con Fabián Aristiguieta, se ha vue...