Daiana.
Voy conduciendo sintiendo mi corazón queriéndose salir de mi pecho.
No soy experta subiendo colinas, ni tomando las curvas. El deportivo ruge demasiado y siento que le cuesta subir. Le introdujo 2da y luego tercera y aun lo siento ahogado mientras subo la tercera curva y siento que debo pasarlo a otra velocidad o me tiraré la caja.
Bajo de nuevo a primera y siento en segundos el deportivo colocarse liviano y subiendo con suavidad y me quedo muda, pero poco conozco de esto.
Comienzo a subir más relajada al descubrir que debo mantenerlo en primera siempre para cada curva y subida, así que solo manejo.
Llego a estar a dos curvas y mi móvil cimbra. Es un llamada entrante de Fabián, y en segundos se sincroniza con una de Roger.
Cojo el aparato, cuelgo y luego lo apago.
Estoy segura que si le contesto a Fabián, él se negará en decirme donde está. Y si le contesto a Roger, sabrá lo que haré y quedará claro que Valentina está en manos de Fabián.
Llego al camino de tierra e ingreso, dando ligeros saltos al no saber entrar bien y no maniobrar en sentido del camino.
Llego, casi a la fuerza, al gran portón y bajo. No tengo como abrir, pero si no abren, me tocará treparlo.
Comienzo con el timbre sudando a mares. Estoy en llamas teniendo nieve a los costados.
— ¿Daiana? —Esa voz es de Alexandra, la madre de Fabián— ¿Qué haces aquí?
— ¡Hola! ¿Cómo está? —Intento sonar calma—. Perdón por no avisar que venía, pero debo hablar con usted. ¿Me deja ingresar?
— ¿Pasó algo malo? ¿Fabián está bien?
—No pasó nada. Fabián está bien, pero necesito hablar con usted.
Se genera un silencio extraño que me hace entender lo que pasa.
—Daiana, déjame llamar primero a…
— ¡Estoy embarazada! —Grito desesperada al tener eso como única idea—. Me acabo de enterar. Fabián aún no sabe y no sé q…qué hacer. Estoy m…muy asustada y…y no sé con quien hablar ni…
Un pitido me hace saltar del susto y el portón comienza a abrirse.
—Entra para hablar mejo acá.
Corro al deportivo e ingreso con rapidez.
Me adentro a la propiedad conduciendo por algunos segundos hasta divisar la mansión. Llego a la redoma vislumbrando a lo lejos a Alexandra saliendo de la gran casa.
¡Carajo!
No supe que más hacer y le dije la verdad, pero si le digo que es real y sigo con esto, sabiendo que Valentina realmente está aquí, no dejará que la vea. No se arriesgará.
Debo mentirle o esto será un plan frustrado por el embarazo.
Salgo del deportivo y Alexandra corre en mi dirección con una cara que me parte el corazón en segundos. Sus ojos están cristalizados y es la primera vez que la noto tan emocional.
No me da la oportunidad de hablar cuando me rodea con sus brazos y me estrecha en su pecho.
— ¡Por Dios santo! No sabes lo que esta noticia me ha alegrado —me aprisiona con fuerza y me maldigo por dentro—. Esto cambiara todo. Es que no sabes cómo esta noticia cambiará las cosas.
Se separa de mí encarándome y yo me odio por lo que haré a continuación:
—Valentina esta acá, lo sé. No tiene que ocultármelo.
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Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]
RomanceDaiana Cárdenas es ahora una psicóloga certificada. Se ha graduado con honores de la universidad y ha encontrado trabajo en una prestigiosa clínica experimental. Su vida, a un año de la separación rotunda y forzada con Fabián Aristiguieta, se ha vue...