Pánico…
Miedo…
Pavor…
Terror…
Todo se junta en una sola expresión al observar a Fabián apuntar con una pistola a Roger, el cual no se ha percatado del peligro que lo asecha a su espalda; y en una escena corta, los veo a ambos muertos…
¿Fabián con un arma de fuego?
¿De qué me perdí?
Fabián desvía despacio su mirada a mí y aprovecho que me divisa para juntar mis manos en suplica pidiéndole que no lo haga.
Siento mi cara arder en fuego, pero mi cuerpo entero está a temperaturas bajo cero por el pánico que experimento ahora mismo.
El nórdico baja su mano, pero un sinfín de lágrimas bajan en desconsuelo por sus mejillas y mi mundo se quiebra al verlo devastado.
¡¿Qué le ocurre?!
Retrocede y Roger se asoma por el balcón divisando cada espacio sin haber sopesado lo cerca que estuvo de morir a manos de Fabián
Su descomunal figura desaparece en la penumbra del armario pero no dejo de sentir su mirada penetrante traspasarme.
—C…creo que el miedo me hace ver cosas donde no las hay —hablo avanzando en lo que no dejo de mirar el armario—. En realidad no hay nada —Roger divisa el extremo derecho, donde está el apartamento contiguo, con mucho recelo, en lo que yo vuelvo mi mirada a él llegando cerca del umbral del balcón—. Estoy muy asustada y los nervios me jugaron una mala pasada.
Roger se endereza observándome cuidadosamente, bajando su arma y relajándose.
—Ubicaré a un equipo para que evalúen la zona —habla avanzando a mi posición y yo retrocedo—. Hay fluido eléctrico en la calle y los demás edificios. Solo en este hay fallas.
—Algo se pudo haber quemado, ¿no? —me adentro en retroceso a la habitación, seguido de Roger devorando mis pasos.
—Opino que no deberías dormir sola —se frena en el momento exacto en el que golpeo mis piernas con la madera de la cama, y siento la temperatura subir a espaldas del moreno—. Si gustas, puedo acompañarte…
— ¡No! —Lo callo enseguida antes de que algo ocurra—. Detesto que me observen mientras duermo. Ve a tu habitación. Yo estoy bien, solo estoy agotada.
Me observa con sigilo y yo me siento sudar a mares con las mejillas coloradas. Si hubiera luz, se fijaría que estoy mintiendo por mi estado.
— ¿Segura?
—Totalmente. Quiero que te vayas a tu habitación y duermas allá —señalo tras de mí.
Lo veo avanzar pero soy rápida y me encamino a la puerta de la habitación. Me planto en ella, invitándolo a salir.
Roger suspira y camina hasta mi posición con cautela.
—Si ocurre algo, o sientes algo de miedo, no dudes en llamarme. Vendré corriendo enseguida, ¿ok? —Una ligera sonrisa se dibuja en su rostro y yo trago grueso.
—Por supuesto.
El moreno avanza fuera de mi habitación cabizbajo y yo suelto el aire contenido en mis pulmones por la presión y el susto de hace unos segundos, en lo que cierro la puerta tras él con seguro.
No puedo ni imaginar lo que acaeciera si Fabián hubiera detonado esa pistola en Roger… no quiero ni pensarlo.
Mi vista se centra en el armario y yo avanzo hasta la cama con cautela sintiendo que en cualquier momento saldrá esa bestia sedienta queriendo hacer destrozos.
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Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]
RomanceDaiana Cárdenas es ahora una psicóloga certificada. Se ha graduado con honores de la universidad y ha encontrado trabajo en una prestigiosa clínica experimental. Su vida, a un año de la separación rotunda y forzada con Fabián Aristiguieta, se ha vue...