Ya estando en el departamento de Victoria, me recuesto en el sofá que tiene en el recibidor. Victoria está en la cocina buscando jugo para ambas.
Fui la primera en llegar ya que las chicas aun no salen, y Victoria salió temprano hoy, aunque ya Chull está en camino, y Andrea está terminando en la oficina. Vicky llega con dos vasos de jugo y me entrega uno mientras se sienta frente a mí.
-Entonces ya estás trabajando, ¡eso es una pasada increíble! -Se emociona con el vaso en alto-. Debemos brindar por eso.
Rio con bastante estruendo. Acto seguido; levanto el vaso y lo choco con el de ella mientras tenemos una sonrisa de orgullo.
-Salud -decimos al unísono y los vasos dejan el sonido del ¨clin¨ en el aire.
-Pero dime, por favor, si tu jefe está descomunalmente rebueno.
Se me intenta salir una carcajada, pero el jugo se desvía y pasa por otro canal, haciéndome ahogar y toser. Victoria comienza a reír y yo intento recomponerme.
-Espero que eso sea un sí.
- ¡Válgame Dios...! -Toso pero con menos intensidad-. Claro que no, es un señor muy mayor.
Se me viene a la mente la cara del Dr. Roa con el cuerpo de un escultural hombre, y la sensación de ahogo aumenta.
-Pero ¿está por lo menos pasable?
-Si tengo que describirlo, sería como mi padre, pero un poco más mayor.
- ¡Ay, no! -Se decepciona-. Qué aburrido será entonces.
-A mí no me lo parece -confieso aclarando mi garganta mientras sorbo otro poco de jugo de fresas-, es más, esperaba eso. Ya basta de tanto drama y locuras en mi vida, creo que ya rebasó mi nivel de aventura y curiosidad lo que viví el año pasado, así que espero que este nuevo empleo sea tranquilo y próspero.
-Repito, qué aburrido -bufa girando sus ojos.
Media hora después, las chicas llegan. Todo fue un escándalo, ya que Yuli no sabía, y al momento de entrar, le lanzamos cajas de pruebas de embarazo, y la muy pendeja creyó que la embarazada era yo.
¡Como si mi vida sexual fuera igual que las de ellas!
Para la tarde/noche, Sergio sale a comprarnos pizza para que ninguna salga por nada.
. . .
Por la noche, nos encontramos todas en la sala recostadas encima de bastantes colchas. La pijamada la hicimos en medio de la sala. Sergio compró helado de todos los sabores posibles, y a su nena consentida, le compró de pistacho. Luego de traer todo, nos tocó correrlo porque se quería quedar.
¡Negativo!
Yo tenía un envase de helado de crema pastelera con algunas bolitas de choco-oreo, mientras estaba recostada en uno de los sofás con mis pies puesto en las nalgas de Yuli. Ella tenía de mantecado con fresas y Victoria estaba en una de las colchas con la cabeza de Andrea en su regazo, mientras comía de chocolate con selva negra.
Estamos súper empalagadas, pero felices de todas las calorías que nos hacía mucha falta, aparte de estar juntas nuevamente.
-Siento que me quiero comer el mundo entero -confiesa Andrea en su glotonería-. Tengo hambre a toda hora, y cada cosa que veo, lo quiero envolver en pan de sándwich con salsa barby-Q y engullirlo.
- ¿No te quieres engullir el pene de Sergio? -Sale la picosa de Victoria.
Todas reímos. Andrea le da un golpe en las piernas y Victoria chilla en risa.
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Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]
RomanceDaiana Cárdenas es ahora una psicóloga certificada. Se ha graduado con honores de la universidad y ha encontrado trabajo en una prestigiosa clínica experimental. Su vida, a un año de la separación rotunda y forzada con Fabián Aristiguieta, se ha vue...