Esto también será un hecho.

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Este Cap está dedicado a mi linda AlejandraFlores37630. Los malos momentos son pasajeros, nena linda. Veamos al presente y abordemos el futuro con sueños únicos. Todo pasa. Todo fluye. Todo cambia. Besos nena


Dos meses atrás / Casa de Daiana.

Daiana.

—No entiendo qué es lo que te sorprende. —avanza Victoria nuevamente a la caja que ella misma trajo y depositó en la cama donde estoy —. Sabes muy bien que soy medio retorcida, y más cuando se trata de la intimidad.

—Pero esto ya es avaricia —musito mirando la caja abierta con mucha curiosidad.

— ¿Quieres verlo todo? —Pregunta la rubia con malicia en su mirada perversa sentándose al otro lado de la caja—. Si algo de eso te gusta, te los puedo regalar.

—Pero eso ya lo usaste tú, con Franco —hablo medio escandalizada.

—La gran mayoría son reutilizables. Están muy bien desinfectados y esterilizados algunos. Otros ni los he utilizado. Soy muy pulcra con mi higiene chuminical, así que deja la fobia y mira.

Comienzo a sacar cosa por cosa de la caja y mis ojos se expanden con cada locura que veo. Es como un desfile de juguetes eróticos que solo he visto en imágenes por las redes, y agradezco estar en mi habitación con llave, ya que no sabría que decir si mamá o Curru entran.

— ¿Qué es esto? —Elevo lo que parece ser una pera de silicón bastante flexible y tiene un pico fino en su punta.

—Es una pera para las limpiezas anales. —lo suelto en segundos al escuchar la palabra ¨anales¨ y mi cara se descuadra. Vicky comienza con esa risa maquiavélica—. ¡Boba! Ya te dije que todo está esterilizado.

Niego confundida.

— ¿Y es para qué? ¡Dios santo!

—Para limpiar el patio trasero cuando el jardinero decide que va a sembrar un potente roble.

—Estúpida —comienzo a reír haciendo que mi amiga me siga en las carcajadas.

Sigo rebuscando y sacando cada cosa, hasta que extraigo otra que parece también una pera, pero es dura y pequeña.

—Y esto, ¿qué es? —Lo elevo notando como se muerde su labio inferior queriendo ahogar una risa.

—Es un dilatador anal.

Lo suelto en segundos.

—Por lo visto exploraron muy bien el patio trasero, ¿no es así? —Suelto en burla.

— ¡Gafa! Es lo normal en una relación de pareja. Explorar cada centímetro de piel sin vergüenza ni pudor.

—Qué bonita forma de decir que te rebuscó hasta donde no te da el sol —sigo en mi búsqueda ignorando las carcajadas de chivo que suelta.

—De verdad que te falta experimentar más, mi querida virginal.

Niego evitando su mirada, ya que estoy que reviento en risa también.

Sigo metiendo mi mano en aquella caja demoniaca sexual que solo me da grima con cada cosa estrambótica que veo, de colores llamativos y formas peculiares. Hay de todo: esposas, bridas, tirro, baby dolls y juguetes vibradores que no parecen ser normales, hasta que doy con una caja de madera pequeña y muy sofisticada.

Es la única cosa entre todo ese revolú qué parece decente.

La saco detallándola.

— ¿La puedo abrir? —Indago muy curiosa. Más de lo que quisiera.

Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora