Indispuesto de salud.

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Javier Sepúlveda.

Lunes / 6 pm / Apartamento de su residencia.

Ingreso tan cabreado al departamento que solo busco una maldita botella de Vodka que tenía guardada, y me la empino sin ningún remordimiento.

Mi costado izquierdo del rostro arde, pero mi orgullo está peor, y todo por culpa de esa estúpida novata... ¡No! Ella solo fue uno de los detonantes, el verdadero causante fue ese inútil niño y su afeminado modo de ser que me exaspera.

Vuelvo a empinarme otro estupendo trago, y ya pasa con más suavidad por mi garganta.

Camino por el pasillo hasta mi habitación tumbándome en la cama boca arriba. Vuelvo la botella a mis labios y en segundos llega la escena del viernes por la tarde, cuando cité a aquel inútil al salón de juntas, ya que en verdad estaba jugando con fuego al querérselas dar de súper héroe ayudando a la otra novata.

Recuerdo estar ansioso por enfrentarlo. Es un estúpido si creía que me dejaría en ridículo, y le daría a probar de su propia medicina, pero no esperaba lo que ese día pasaría.

Recuerdo verlo llegar al salón y ubicarse frente al escritorio recostándose en el con una carpeta sosteniéndola entre sus manos. Yo me encontraba sentado en una silla a unas dos mesas lejos de él con el bolígrafo en mano detallándolo.

-Acá está mi investigación, Dr. Sepúlveda -inició el crio sin ninguna duda en su voz.

Se veía bastante confiado, y eso era lo que más me fulminaba.

- ¿Y quieres que me levante por ella? -No dejaba de observarlo con fastidio-. Tráelo hasta acá.

Señalé la mesa en la que me encontraba con el bolígrafo golpeando la madera.

Suspiró cerrando los ojos, y en segundos avanzó hasta donde me encontraba. Depositó la carpeta en la mesa y un olor inusual y fresco me inundó por completo. Lo observé de reojo por instante notando su mirada serena.

Sostuve la carpeta y la ojeé. Intenté concentrarme en leer, pero me era imposible con ese aroma proviniendo de él.

-Ya puedes alejarte -fulminé buscando otra hoja.

El crio se ubica de nuevo en la mesa recostando su trasero en ella. Me coloqué en pie en segundos lanzando la carpeta esparciendo las hojas fuera de ella.

-Es una mierda

Sus ojos se abrieron de par en par colocándose rígido.

-Pero ni siquiera se tomó el tiempo de...

- ¡He dicho que es una porquería tu trabajo de investigación! -Sentencie con furia pero sintiéndome superior, y eso me inyectaba adrenalina-. ¿Pretendes llevarme la contraria también?

Lo vi levantar el mentón con superioridad.

-No pretendo nada señor, solo me parece injusto que no se tomara el tiempo de leerlo completo.

-No necesito terminarlo para saber la basura que escribiste.

Su ceño se frunció en una mueca de furia, y era la primera vez que lo veía tan amenazante.

- ¿Sera que me puede explicar que es lo que tiene en contra mía y de Daiana?

Mi carcajada salió con bastante amplitud y burla.

-Ambos son una pérdida de tiempo y dinero, y no entiendo que hacen acá, ya que ninguno es merecedor del puesto que se les asignaron, en espacial tú.

-Si tanto cree eso, ¿porque el doctor Roa tiene puestas sus esperanzas en nosotros los novatos y no en ustedes los expertos? Explíqueme eso.

Tu Amarga Esencia [Saga Esencia] [Libro •2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora