—¿La señorita Lahsen llegará tarde? —miró a los lados, buscando a cierta mujer blanca de cabello azabache.
—Ella no vendrá, señor Baghdadi, ella y yo no estamos juntos —le informé. Mejor temprano que tarde.
El inicio de sus cejas se curva hacia abajo y unas líneas se marcan en su frente, está confundido.
—¡Nada grave puede hacer que dos almas gemelas se separen! Ella es la indicada, ve a buscarla y resuélvelo.
—Resulta que las personas indicadas no existen —expreso mi sentir en la entonación—. Se aman o no, lo intentan o no y yo no correré detrás de quien me da la espalda.
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Días nublados
Short StoryHay momentos en la vida que nunca entenderemos por qué nos ocurren, como: ¿por qué perdí mi suéter favorito? ¿por qué se cayó mi comida al suelo? ¿por qué el semáforo tardó tanto en cambiar? ¿por qué el chofer del autobús no me esperó si estaba apre...