1.04

16 5 0
                                    

La habitación se inundó de su fragancia con olor a fresa y del vino derramado en las sabanas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La habitación se inundó de su fragancia con olor a fresa y del vino derramado en las sabanas. Las luces se encuentran suaves y poco luminosas, dejando casi en oscuridad total el cuarto. Siendo media noche, no hay luz que cruce por la ventana desde el piso número doce aún con las cortinas abiertas.

El cabello oscuro de Alena estaba sujeto a una garra de pelo, evitando que se pegará a su piel a causa del sudor y lo que nos permitía mayor movimiento sin estorbos.

Todo era más fácil, mucho mejor.

—La inauguración será este jueves, ¿quieres ir como mi acompañante? —mis labios rozan sus hombros desnudos.

—Nadir ya me invitó, pero puedo hacerte compañía —mueve su cabeza, dándome abertura por su cuello.

Inhalé, aspirando con placer su dulce aroma.

—Gracias por apiadarte de mi solitaria vida —un camino de besos sube hasta llegar a sus labios como agradecimiento.

—Gracias por apiadarte de mi solitaria vida —un camino de besos sube hasta llegar a sus labios como agradecimiento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Shhh, no digan nada.

Días nubladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora