2.11

79 29 51
                                    

Estando tan absorto atónito en su tatuaje, no me preparé para la llegada de una dama

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estando tan absorto atónito en su tatuaje, no me preparé para la llegada de una dama.

—Hola, llevó un rato viéndote solo y creo que harías una bonita pareja con mi amiga que está por allá —señaló a un lugar donde unas chicas que simulaban no ver a su amiga hacer el trabajo sucio.

—Disculpa, pero no estoy solo —dije un poco confundido.

El inicio de sus cejas se curva hacia abajo y mira de reojo la silla ocupada frente a mí.

—Lo siento —dijo tras unos segundos de silencio—, perdón por interrumpir, creo que me equivoqué de chico.

Observé cómo se alejó, hasta que hubo la suficiente distancia, me dirigí a la chica frente a mí. En ese momento ella bajaba la botella de agua y limpiaba el rastro de agua sobre su boca con el dorso de la mano.

—Extraño —dije.

Ella se ríe sarcásticamente.

—Supongo que pensó que no te atreverías a rechazar a su amiga si estabas con alguien como yo.

—¿Por qué lo dices como si se tratara de algo malo? ¿Cómo es alguien como tú?

—Esto, soy esto.

—¿El cero a la izquierda? ¿La que no es un estándar? —pregunté intrigado. Coloqué los codos sobre la mesa y crucé los dedos.

—Tan poco tan así, eh —alzó su ceja y cruzó los brazos—. No soy tan cliché.

—¿Entonces?

—Tengo como un aura maldita, de verdad, hago que todos se alejen. Nunca tuve amigas, a ninguna niña le interesó hablarme y yo me derretía por tener una con quien contarnos nuestras travesías. Todo lo que un día me hizo bien, la vida lo agarró y lo despedazó en mil pedazos para que no pudiera tenerlo. Nunca he tenido nada, nada que sea parte de mí. Nadie que me haga yo. Nadie me elige solo por una vez, no tengo ninguna oportunidad.

—Para haber sido tan valiente, te oyes muy cobarde —palmeé la mesa y me recargue en el respaldo.

—¿Valiente en que? ¡He jodido mi vida y no me importaría de no haberme llevado entre las patas a mi hermano!

—Cuando logres reconocer que has hecho lo necesario y fue más que suficiente, ya no te dolerá tanto. Está noche no lo comprenderás y no te forzare a ello, pero te acordarás de esto un día y sentirás nostalgia.  

  

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Días nubladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora