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Tras acabar el partido, festejaron en medio de la cancha siguiendo la porra que Faina inventó

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Tras acabar el partido, festejaron en medio de la cancha siguiendo la porra que Faina inventó. Mintió cuando dijo que preparó una en caso de perder. Se había esmerado tanto para visualizar el festejo, que nunca cruzó por su mente la posibilidad de perder.

En el tercer tiempo sudo hasta más no poder. El equipo contrario los alcanzó rápido, por lo que el último tiempo mantuvo a cada presente con los pelos de punta.

Inventaron nuevos versos, todo con el fin de disfrutar la victoria. Hasta Ray apoyó con la letra.

Se fueron relajando y el recinto se iba vaciando.

Faina y Ray se quedaron con Deo casi hasta el final, hasta que ya era muy tarde para ellos, sin embargo, hubo una despedida pero no separación.

Delante del hogar de Faina, Deo busco las palabras para despedirse sin repetir las que dijo antes de saber que volverían caminando a casa y decidiera llevar a los hermanos en el carro de sus padres.

Por su lado, Faina se preguntaba si sería rechazada si lo invitaba a pasar. Por la tarde Dolores había preparado sopa de letras, como le prometió a Deo invitarlo un día, quizá esa noche podría ser el momento adecuado.

—¿Quieres saludar a mi abuela? —sugirió, antes de arrepentirse y con el corazón a punto de ser expulsado por su boca, deseando que aceptará.

—Un placer será conocer a quien prepara sopa de calidad.

—Hoy preparó sopa de letras, ¡¿quieres?! —el entusiasmo de Ray se adelantó a la tardanza de su hermana.

En parte se sintió aliviada

—Por supuesto —aceptó luego lanzó una mirada de reproche a Faina cuando bajaban.

Ella, antes de explicarle que esperaba estar dentro para ofrecerle, se devolvió al auto y tocó la ventanilla del copiloto.

—¿Quiere cenar? —preguntó con una gran sonrisa al chofer de Deo cuando bajó el vidrio.

Deo tuvo que regresar a casa temprano, donde nadie lo esperaba. Pero si sus padres se enteraban que regresó muy tarde a casa, por haberse quedado en casa de una extraña contando anécdotas de terror, amanecería con un castigo.

—Gracias por la cena —se despidió el señor chofer con el paladar contento.

—Tenías razón —dijo Deo a Faina—. Pondré la sopa de letras como comida favorita en el puesto número dos. 

Amo mucho este cap

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Amo mucho este cap. 

Días nubladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora