Volví a intentar que la relación se volviera oficial con la finalidad de encontrar mi fallo y me dispuse a remediarlo. Me esmeré tanto en hacerlo perfecto e ideal para ella.
—¿Esperas a alguien? —se detuvo a mitad de la sala, su mano se aferró a su bolso y miró con cautela la habitación.
—A ti —dije caminando en su dirección con un ramo de rosas blancas en mis manos.
—Agni —dijo mi nombre acompañado de un suspiro.
Ese robo de aliento disparó mi corazón para no detenerme.
—Alena —había las suficientes velas para apreciar su bello rostro en un tono amarillento—, no suelo ser romántico, ¿pero esto es suficiente para ti? —pregunté.
—No lo es y nada de lo que hagas tendrá un valor especial para mí porque no quiero estar envuelta en una relación amorosa, así que deja de intentarlo porque no vas a recibir lo que tanto quieres —no titubeo al ahuyentar a mi corazón ni a mis sentimientos.
—¿Es que tu no sientes la conexión? —dude de todo, hasta de mi propia existencia.
Ella se rio.
—No hay ni una chispa, Agni.
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Días nublados
Short StoryHay momentos en la vida que nunca entenderemos por qué nos ocurren, como: ¿por qué perdí mi suéter favorito? ¿por qué se cayó mi comida al suelo? ¿por qué el semáforo tardó tanto en cambiar? ¿por qué el chofer del autobús no me esperó si estaba apre...