Hay momentos en la vida que nunca entenderemos por qué nos ocurren, como: ¿por qué perdí mi suéter favorito? ¿por qué se cayó mi comida al suelo? ¿por qué el semáforo tardó tanto en cambiar? ¿por qué el chofer del autobús no me esperó si estaba apre...
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—Señorita, ¿usted es mayor de edad?
La pregunta la alarmó, «¿mentir o decir la verdad?» era el tipo de cuestiones que analizaba antes de actuar porque era fiel seguidora del lema «la verdad siempre sale a luz». Lo que implicaba descubrir que una mentira fue dicha y la verdad ocultada.
Lo que más le preocupaba en la mayoría de ocasiones eran las consecuencias que podían surgir a raíz de falsificar la verdad.
Observó a su hermano sentado fuera de la dirección escolar, había una lejana distancia de por medio que Faina necesitaba con urgencia acortar. Ray le devolvió la mirada, expresó tristeza con su cuerpo y lo decepcionado que se encontraba se noto en su rostro.
—Tengo diecinueve, no traigo mi credencial para demostrarlo. He venido directo del trabajo para acá —«las mentiras piadosas son perdonadas» se dijo así misma. Su voz fue tensa, buscando un tono más maduro y seguridad.
—¿Dónde está su madre? Nosotros esperábamos que ella se presentará.
—Se encuentra fuera de la ciudad —respondió en cuanto la docente guardó silencio. ¿La razón? No era mentira—, por trabajo —eso sí lo era, decirlo le fue complicado pero ya estaba metida en el papel.
La docente de su hermano dejó a la vista que no le creía ni una palabra. Y aun así, la dejo pasar y hablo con ella, a fin de cuentas, era quien estaba haciéndose cargo del menor.
—Dame tu versión, Rayco, ¿por qué reaccionaste así? —preguntó cuando se encontraban varias cuadras lejos de la escuela.
Pateó unas cuantas piedras antes de confesar:
—Un compañero, él lleva tiempo molestándome.
—¿Qué te ha dicho?
—Se burla, dice que no tengo mamá porqué mi ropa siempre tiene arrugas —sus manos extendieron su camisa desfajada y sucia.
Faina pasó un brazo por los hombros del menor atrayéndolo para que el paraguas cubriera a ambos del sol.
—¿Le has dicho que no tenemos plancha en casa?
—Sí, pero él dice que de todas maneras no tengo mamá y yo le dije que tú eras como mí mamá por que me quieres y me cuidas siempre.
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