Olga iba tras la catalana, intentando convencerla de que ir a Algeciras en ese momento tal y como estaba era un completo error, cosa que Aitana hacia caso omiso y seguía con la idea de irse esa misma noche.
Olga seguía intentando convencerla, consiguiendo el silencio de Aitana que con cada movimiento que hacía Olga la seguía.
—Estate quieta Aitana, deja de la maleta y vete a descansar y mañana vamos a Algeciras anda—Comentó el gallego con voz firme
Aitana le miro sería con la mano puesta en el manillar de la puerta por el que iba a salir segundos antes.
—¿Me lo prometes?
Luis asiente, se sienta de nuevo en la silla donde estaba sentado y seguía cenando, mientras que la catalana dejaba la maleta al lado de la puerta y se sentaba de nuevo en la silla.
La cena transcurría en silencio, con la tensión que hacía unos minutos había provocado la supuesta huida de Aitana.
La tensión era muy notable, y en esos momentos es mejor levantarse y salir a tomar un poco el aire, exactamente como lo hizo Luis, que recogió lo que había ensuciado y salió por la puerta que daba a la terraza, se sentó en la silla mientras se encendía un cigarro y le daba la primera calada.
Minutos después salió Aitana rodeando su cuello con sus brazos y dejando un beso en la cabeza del chico.
Luis se quedó quieto sin mediar palabra, dándole más caladas al cigarro, mostrando así un pequeño enfado.
—¿Qué te pasa? —Preguntó la catalana sentandose a su lado
Luis levanto los hombros mirando el cielo con el cigarro casi terminado entre los dedos.
—¿Puedes decirme qué te pasa por favor?
—Me pasa que nos preocupamos por ti y tu salud y a ti te da igual, me pasa que te querías ir a estas horas tu sola hasta Algeciras sin contar con nadie ni nada, eso me pasa
—Lo siento, Luis, de verdad, pero no me gusta cancelar algo sin tener justificación alguna
—Aitana, que te desmayaste por falta de descanso, si eso no es justificación, dime tú que es
—Pero ya estoy bien, Luis, ya he dormido y estoy bien
—Si, ahora estás bien, pero es que en cualquier momento te puede volver a pasar, porque porque duermas una noche no es suficiente, porque te recuerdo que el médico dijo que reposo y hacer un concierto no es nada de reposo
Aitana rodó los ojos al escuchar hablar así a Luis, odiaba cuando se ponía así de sobreprotector.
—Bueno, pero eso es cosa mía Luis, si me desmayo o no no es problema tuyo
Luis asintió, apagó el cigarro y se levantó, puso la silla bien y entró de nuevo a la habitación, subió a la habitación y comenzó a hacer su maleta.
¡¡AQUÍ OTRO CAPÍTULO!!
ESTÁS LEYENDO
Perfectamente Imperfectos || AITEDA
RomanceLa academia los unió y 5 años más tarde les vuelve a unir, obstáculos en su relación, alegrías y tristezas. El amor lo puede todo, o no.