Capítulo 53

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Belén suspiraba, se arrepentía por lo que había echo días después de que su hija le dijera que supuestamente había terminado con Luis.

Cosme miraba al suelo, la verdad es que se arrepentía de que Luis estuviera así por culpa suya.

Solo quieren que su hija sea feliz, y ella es feliz con el gallego, eso es inevitable y Belen y Cosme no pueden prohibirle a Aitana que no esté con él, porque a parte de que ya es mayor y puede hacer lo que ella quiera, es su felicidad y después de muchos años ha conseguido volver a tener ese brillo en los ojos.

—Luis, de verdad que lo sentimos, hace bien a nuestra hija, le hace feliz y la cuidas mucho

—Estoy haciendo lo mismo que hacía en la academia, Cosme, ni la estoy cuidado de más, ni la estoy cuidando de menos, no he cambiado nada a la hora de cuidarle y eso es porque amo a vuestra hija y si no os gusta es vuestro problema, y lo siento por hablaros así, pero la verdad es que me hicisteis mucho daño con vuestras palabras, Aitana y yo nos queremos y con eso me basta para poder ser feliz.

Luis se acomodó en el sofá, había soltado lo que tantos años se guardó y por fin se había quitado un peso de encima, respiró hondo mirando al suelo, no por vergüenza, no por timidez, si no porque no quería mirarlos a la cara, seguía dolido por aquellas palabras y no quería recordar de nuevo ese momento de su vida.

Los minutos pasaban y los pasos de alguien bajando por las escaleras llamaron la atención de todos, el gallego giro la cabeza y vio a la catalana bajar en pijama, con la gafas y una coleta echa.

Sonrió viéndola, se levantó y la cogió en brazos, la sentó en el sofá y se sentó a su lado acariciando su mejilla.

¡¡AQUÍ OTRO CAPÍTULO!!

Perfectamente Imperfectos || AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora