Capítulo 73

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Aitana se arrepintió al segundo de haberle dicho aquella frase, le encantaba que Luis se preocupara por ella, y supo que aquello no fue pensado ni premeditado.

Los pasos de Luis se acercaban a la puerta, sabía que si no hacía algo, el amor de su vida iba a volver a desaparecer y ninguno quería eso.

Le cogió del brazo prohibiendole que siga caminando hacia la puerta, se puso delante de él y le miro con aquella mirada que transmitía arrepentimiento y amor por la persona que tenía enfrente.

—Lo siento, no debía haber dicho eso, pero no lo pienso, es que es justo al contrario, me encanta que te preocupes por mi y que me cuides, pero no se porque te dije eso, de verdad, lo siento

—Igual es porque si que lo piensas —La miró serio con dolor en los ojos

—No, te prometo que no lo pienso, de verdad créeme, por favor

Luis suspiró, en ningún momento soltó la maleta, ya que sabía que si la soltaba la iba abrazar como si no hubiera pasado nada.

Aitana siguió mirándole, intentando calmar la situación y que todo aquello que unos minutos atrás se habían dicho, quedará totalmente en el olvido.

El gallego suspiró profundo, soltó la maleta y abrazó a Aitana, a ninguno le gustaba discutir, pero por suerte lo arreglaron pronto.

Subieron de nuevo a la habitación y mientras Luis deshacía la maleta, Aitana se dedicaba a darle besos por la mejilla.

Siendo sinceros, ambos lo habían pasado verdaderamente mal, temían por qué pasara lo mismo que hace años, supongo que no soportarían otros cinco años separados y viendo como ambos se besan con otras personas que no son ellos.

En fin, la noche estaba cayendo y el sueño también, se pusieron el pijama y  mientras Aitana se ponía su crema de noche para rehidratar la piel, Luis se tumbaba en la cama arrooandose.

La mañana siguiente llegó, la alarma en el teléfono de Aitana comenzó a sonar, despertandose maldiciendo.

Apagó la alarma y se levantó mientras que los demás habitantes de aquella habitación seguían durmiendo plácidamente.

Los minutos iban pasando y Aitana ya preparada con la maleta echa, iba en camino a despertar a Olga.

—Olga, despierta, tenemos que irnos ya, si no, no llegaremos a la prueba de sonido

—Aitana, vuelve a dormirte, que llegamos de sobra, ¿que hora es?

—Las siete y media de la mañana

Olga suspiro, se levantó de la cama y comenzó a prepararse mientras que Aitana iba por toda la habitación despertando a los que seguían durmiendo.

¡¡AQUÍ OTRO CAPÍTULO!!

Perfectamente Imperfectos || AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora