Consiguieron llegar a casa después de escuchar los quejidos por parte de Aitana dando a entender que no quería moverse.
Todos se reían escuchandola, en ese momento era como una niña pequeña que no quería irse de la casa de su amiga, en este caso del hospital. Es verdad que nunca le habían gustado los hospitales, pero su cuerpo deseaba quedarse tumbada en aquella camilla descansando.
Luis acomodó el cuerpo de Aitana en la cama de su habitación, intentando no despertarla.
Le encantaba verla así, tranquila, durmiendo y dejándose cuidar, nunca le gustó que le cuidaran, ya que ella tenía brazos y piernas para poder ayudarse a sí misma, pero de vez en cuando, una ayuda nunca viene mal.
Las horas pasaban, y la hora de cenar ya estaba presente, Belén y Cosme en la cocina haciendo la cena, mientras que Luis salía del baño recién duchado, con los pantalones puestos y las gotas de su pelo cayendo por su torso desnudo.
Los pasos de alguien bajando las escaleras llamaron la atención de todos, sabían que quien bajaba aquellas escaleras era Aitana, la cual se encontraba con el flequillo despeinado, una coleta y las gafas.
Belén sonrió viéndola, estaba viendo a su niña, con cara de recién despierta y frotándose un ojo, y es verdad eso que dicen, que hay cosas que nunca cambian, y esque cuando Aitana era pequeña, hacia exactamente lo mismo, salía de su habitación con una coleta, con las gafas puestas y frotándose un ojo.
Aitana sonreia mirándoles, le encantaba que algunos los que ella quería estuvieran ahí, falta gente, pero tenían que hacer cosas.
Aitana se acercó a sus padres y se envolvieron en un abrazo los tres, mientras que Luis se quedaba al margen de aquella escena que haría que a cualquiera se le saltasen las lágrimas.
El abrazo fraternal acabó y mientras los padres volvían a la cocina Aitana miro a Luis sonriendo mientras se mordía su labio.
Adoraba verle así, con su sonrisa tierna, el pecho al descubierto y los brazos a los lados, esperando a que ella se tirara a sus brazos como muchas veces hacía.
El abrazo al fin llegó y ambos se fundieron en uno mismo, Aitana escondió su cara en el cuello del gallego, mientras que este acariciaba suavemente el pelo de la catalana.
Todo era muy bonito, como una película de Disney, la familia estaba feliz, pero, algo que diferenciaba de Aitana y de Luis, es que, Aitana no sabía que ocurría entre sus padres y su pareja, y Luis, no sabía cómo contarle a su pareja lo ocurrido con sus padres, bueno, o si se lo quiere contar.
Muchas preguntas rondan por la cabeza de Luis mientras acariciaba el pelo de Aitana, no le gustaba guardarle secretos, pero creo que eso debería quedarse para Luis y los padres de Aitana.
Es algo que entre ellos, con el tiempo podrán superar y olvidar, pero de momento, seguirán así, saludandose, hablando, pero todo por educación, no por ganas.
¡¡AQUÍ OTRO CAPÍTULO!!
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Perfectamente Imperfectos || AITEDA
RomanceLa academia los unió y 5 años más tarde les vuelve a unir, obstáculos en su relación, alegrías y tristezas. El amor lo puede todo, o no.