Capítulo 88

33 2 0
                                    

Los días pasaban y decidieron irse de vacaciones unos días a Murcia, a una casa rural con dos pisos, en la planta baja estaba la cocina, la sala de estar, el baño y la habitación individual, y en la planta de arriba, se encontraba el baño con bañera y jacuzzi, la habitación grande y una habitación de invitados.

La casa tenía una terraza con una mesa pequeña y 2 sillas pequeñas con una maceta con amapolas en medio de la mesita.

Ambos tenían ganas de llegar a aquella casa, poder relajarse y poder estar solos y tranquilos, sin trabajo y sin prensa que pueda interrumpirlos.

Habían reservado la casa para dos semanas, para poder disfrutar de ellos mismos y poder recargar las energías.

Tienen pensado componer, cantar, etc, pero no por trabajo, si no por gusto, quizá componen algo solo para ellos, o se ponen a cantar alguna canción juntos, no quieren trabajar, solo quieren pasárselo bien los dos solos.

Luis aparcó en la puerta de la casa y mientras que él salía del coche dispuesto a coger las maletas y las bolsas del maletero, Aitana se quedaba en el coche mirando el teléfono.

Luis la miro confuso, tenía ganas de llegar y ahora no sale del coche, así que, dejo las cosas en el suelo de la terraza y se acerco al coche se sentó en el sitio de conductor y la miró.

— ¿Todo bien?

— Si, solo que no dejan de enviarme mensajes de que tengo que terminar canciones y tal

— Diles que estas de vacaciones enana, no tuviste vacaciones en su momento y ahora te las mereces y tienes que descansar

Aitana asintió y decidió silenciar el teléfono, sonrió y plantó un beso en los labios de Luis.

Le hacía mucha ilusión poder estar en una de estas casas rurales, necesito respirar algo de naturaleza en vez de tanta gasolina, poder escuchar el piar de los pájaros y el sonido de las hojas moverse, en vez de los coches pitando y gente caminar con prisa. Necesitaba una desconexion de la ciudad.

¡¡AQUÍ OTRO CAPÍTULO!!

Perfectamente Imperfectos || AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora